El Papa ha señalado que de la pandemia de coronavirus, cuyo epicentro está actualmente en Europa, sólo se saldrá "juntos, como humanidad entera".
"Aquí se llora y se sufre. Todos. Solo podemos salir de esta situación juntos, como humanidad entera", ha señalado el Pontífice en una entrevista publicada por el diario italiano 'La Stampa'.
También ha señalado que la situación actual servirá "para recordar a los hombres de una vez por todas que la humanidad es una sola comunidad". "Debemos pensar que será un poco como una posguerra. Ya no habrá 'el otro', sino que será 'nosotros'. Porque solo podemos salir de esta situación todos juntos. Tendremos que mirar aun más a las raíces: los abuelos, los ancianos. Construir una verdadera hermandad entre nosotros. Hacer memoria de esta difícil experiencia que todos vivimos juntos. Y seguir adelante con esperanza, que jamás defrauda", ha instado.
Francisco ha invitado a "mirar al otro con un espíritu de solidaridad" y a comportarse de modo consecuente, es decir, "con penitencia, compasión y esperanza" pero también con "humildad" , porque muchas veces se olvida que en la vida hay "zonas oscuras", momentos sombríos. "Creemos que solo pueden ocurrirle a alguien más. En cambio, este tiempo es oscuro para todos, nadie está excluido. Está marcado por el dolor y las sombras que han entrado en nuestra casa. Es una situación diferente a las que hemos vivido. También porque nadie puede permitirse el lujo de estar tranquilo, todos comparten estos días difíciles", ha advertido.
El Papa ha dejado claro que la Cuaresma "con la oración y el ayuno" ayuda a "mirar con solidaridad a los demás, especialmente a los que sufren". Por eso, se ha mostrado confiado de que "el resplandor de esa luz que de nuevo iluminará todo y a todos".
Además, Francisco ha destacado que la oración hace entender nuestra vulnerabilidad. "Es el grito de los pobres, de los que se hunden, que se sienten en peligro, solos. Y en una situación difícil y desesperada, es importante saber que hay un Señor al que aferrarse", ha dicho.
Además, el Pontífice ha señalado que no se deben hacer una diferencia entre creyentes y no creyentes, sino que hay que ir a la raíz: la humanidad. Igualmente, se ha referido a la soledad de los sin el consuelo de sus familiares.
"En estos días me han contado una historia que me ha impactado y dolido, también porque representa lo que sucede en los hospitales. Una anciana comprendió que se estaba muriendo y quiso despedirse de sus seres queridos: la enfermera le tomó el teléfono móvil y llamó a su nieta por vídeo, así que la anciana vio la cara de su nieta y pudo irse con este consuelo. Es la necesidad final de tener una mano para sostener tu mano. De un gesto final de acompañamiento. Y muchas enfermeras y enfermeros acompañan este deseo extremo con sus oídos, escuchando el dolor de la soledad, tomando la mano", ha señalado.