Escocia decide este jueves por quinta vez la composición de su Parlamento autónomo, establecido en 1999, en unos comicios en los que los independentistas del Partido Nacionalista Escocés (SNP) optan a revalidar la mayoría absoluta.
La formación de Nicola Sturgeon, que el año pasado acaparó en las elecciones generales 56 de los 59 escaños escoceses en Westminster (sede del Parlamento británico, en Londres), aspira a continuar rentabilizando el impulso del referéndum sobre la independencia de 2014 para volver a ocupar más de la mitad de los asientos en Holyrood (sede del Parlamento autónomo, en Edimburgo).
El avance del SNP ha desinflado en los últimos años el peso tradicional en Escocia del Partido Laborista, que apura la campaña para tratar de suavizar su caída y evitar quedar relegado, en el peor escenario posible, a la tercera posición por detrás de los conservadores.
La votación en Escocia, que coincide con las elecciones regionales en Gales e Irlanda del Norte, y las locales en Inglaterra, se leerá a nivel nacional como el primer examen en las urnas para Jeremy Corbyn, que sustituyó a Ed Miliband al frente del laborismo tras la debacle en las últimas generales.
Las encuestas han mostrado de forma consistente desde hace semanas que los nacionalistas obtendrían en Escocia más del 50 % de los votos -lograron el 44,7 % en 2011, lo que les aseguró 69 de los 129 escaños en liza-, los laboristas caerían del 29 % a en torno al 21 % y los conservadores pasarían del 13 % al 18 %.
A medida que se acercan los comicios, los laboristas y los conservadores han recortado cierta distancia en los sondeos, que se enfrentan al reto de predecir el resultado a partir de un sistema electoral complejo.
Los escoceses introducirán dos papeletas en la urna: una para seleccionar a un diputado por su circunscripción, que sirve para designar a 73 parlamentarios, y otra para elegir a un partido regional, votos que se computan de forma proporcional y determinan otros 56 asientos.
Ese doble sistema de recuento es una de las razones por las que algunos expertos advierten de que es difícil extrapolar un eventual aumento de la representación del SNP en el Parlamento con un incremento del apoyo a la independencia entre los escoceses, que en septiembre de 2014 rechazaron romper el vínculo con el resto del Reino Unido con el 44,7 % de votos a favor y el 55,3 % en contra.
"El SNP ya obtuvo la mayoría cuando el apoyo a la independencia era del 30 % (en 2011). La diferencia entre votar al SNP y defender la independencia es menor que antes, pero aún siguen siendo dos aspectos distintos", señaló a Efe Robert Liñeira, investigador en la Universidad de Edimburgo.
Malcom Harvey, de la Universidad de Aberdeen, detalló que el partido de Sturgeon "mantiene, de manera amplia, el mismo perfil ideológico que el Partido Laborista, con excepción de la independencia" y es percibido por los escoceses como "la formación mejor posicionada para cumplir esos objetivos" y defender los intereses de Edimburgo en el Parlamento británico.
La consulta sobre la independencia disparó el apoyo al SNP, que pasó de tener 25.000 afiliados en septiembre de 2014 a 115.000 en la actualidad, más de los que suma el Partido Liberaldemócrata en el conjunto del Reino Unido.
Para Harvey, el impulso en términos de "fondos" y "visibilidad" que supuso la campaña del referéndum para el partido nacionalista contribuyó a la "dramática caída del Partido Laborista desde su posición hegemónica en la política escocesa".
Desde las elecciones regionales de 2003, en las que los laboristas ocupaban casi el doble de asientos en Holyrood que el SNP (50 escaños frente a 27), el retroceso del laborismo ha sido continuo.
La formación que actualmente lidera Corbyn en el conjunto del Reino Unido y Kezia Dugdale en Escocia tocó fondo en la región en las generales del año pasado, cuando tan solo obtuvo un diputado.
A pesar de que el SNP cuenta con revalidar una cómoda mayoría en el Parlamento autónomo, Sturgeon ha subrayado durante la campaña que no piensa en impulsar un nuevo referéndum a corto plazo.
Su formación ha sugerido en los últimos meses que solo harían campaña para una segunda consulta si las encuestas mostraran durante más de un año un apoyo del 60 % a la ruptura con Londres.
El SNP, que se ha posicionado en contra de que el Reino Unido abandone la Unión Europea (UE), ha matizado sin embargo que si los británicos optan por el "brexit" (salida de la UE) en el referéndum del próximo 23 de junio el escenario político cambiaría y deberían replantearse su estrategia en ese sentido.