La comunidad internacional reaccionó con horror e indignación ante el ataque terrorista perpetrado hoy en Túnez, en el que murieron 22 personas, 20 de ellas turistas extranjeros, otras 32 resultaron heridas y al menos dos de los asaltantes fueron abatidos.
Los turistas fallecidos, según fuentes oficiales, son de nacionalidad italiana, española, sudafricana, japonesa, alemana, polaca, colombiana y brasileña.
Durante un acto de la Unesco sobre el patrimonio amenazado por el yihadismo en Siria e Irak, celebrado en el parisino Museo del Louvre, el presidente de Francia, François Hollande, lamentó las "vidas borradas por la maquinaria terrorista".
"Cuando se comete un crimen terrorista, sea donde sea, nos concierne a todos cuando se trata de vidas humanas", declaró el jefe de Estado francés, quien señaló que ha telefoneado al presidente tunecino, Béji Caïd Essebsi, para expresarle su "solidaridad y apoyo".
El secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, condenó de la manera "más contundente posible" el ataque y extendió sus "sentidas condolencias" a las familias de las víctimas.
Además, el jefe de la diplomacia estadounidense aplaudió la "rápida respuesta" de las autoridades ante el atentado, que calificó de "violencia gratuita", y "sus esfuerzos para resolver la toma de rehenes y restaurar la calma".
El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, lamentó hoy en Twitter la muerte de dos compatriotas en el ataque y ofreció sus condolencias a la familia de los fallecidos, la esposa y uno de los hijos del general retirado del Ejército colombiano José Arturo Camelo Piñeros.
Según su mensaje, la Cancillería colombiana "está trabajando en su repatriación".
En Italia, su primer ministro, Matteo Renzi, condenó con firmeza el atentado, en el que, como dijo, "por desgracia, se han visto involucrados algunos italianos", y mostró su cercanía y apoyo al Gobierno de Túnez para que "pueda afrontar la situación con valentía".
El líder del Partido Democrático hizo estas declaraciones durante una intervención en la Cámara de los Diputados, en la que aseguró que "las agresiones a las instituciones democráticas, a la cultura" y también a "la moderación que caracteriza al Gobierno tunecino" son ofensas que "afectan a todos" los estados democráticos del mundo.
El Gobierno alemán, por medio del ministro de Asuntos Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, condenó con rotundidad el atentado, que calificó de "cobarde" porque "viola todos los valores de la humanidad".
"Alemania está al lado de Túnez en la lucha contra el terrorismo", ratificó el Gobierno de Angela Merkel.
La Unión Europea se mostró "horrorizada" por el ataque y recalcó que ni los Veintiocho ni el país magrebí se dejarán intimidar por el terrorismo, al tiempo que prometió apoyarlo con todos sus instrumentos la lucha contra el extremismo violento
"Estoy horrorizado", dijo el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, quien recalcó que la UE y Túnez "no se dejarán intimidar por el terrorismo, en casa o afuera".
"La UE está del lado de Túnez en su compromiso con la paz y la democracia. No nos disuadirán a la luz de tanta brutalidad", señaló.
Por su parte, el Gobierno marroquí condenó un atentado "que tiene como blanco el modelo democrático tunecino y la economía de este país".
Para Rabat, está claro que el ataque pretendía "causar daños en el sector turístico", vital como fuente de divisas en Túnez en un momento en que comenzaba tímidamente a despegar tras varios años de atonía debido a la inestabilidad provocada por la llamada primavera árabe.
Mientras, el primer ministro argelino, Abdelmalek Selal, expresó, en conversación telefónica con su homólogo tunecino, Habib Essid, la solidaridad y el apoyo de su Gobierno en la lucha contra el terrorismo.
Selal aseguró a Essid el apoyo de su país a Túnez, "hermana" en su lucha contra el terrorismo y de su apoyo a los esfuerzos que "despliega para el establecimiento de la seguridad y el establecimiento de un clima político y económico propicio a la consolidación de las instituciones democráticas y a la realización de la paz, la prosperidad y el progreso".
El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, que se encuentra de visita oficial en Roma, condenó en "los más duros términos" el ataque, que calificó de "deplorable acto", en una breve declaración distribuida por su oficina de prensa.
Veintidós personas, de ellas 20 turistas extranjeros, murieron hoy en el ataque terrorista en Túnez, que dejó también 32 heridos, según fuentes del Gobierno tunecino.
Los otros dos muertos son un policía tunecino y una empleada de la limpieza del Museo del Bardo, donde se refugiaron los atacantes con rehenes. Además al menos dos de los atacantes fueron abatidos.
Testigos del ataque explicaron a Efe que los asaltantes salieron de una mezquita ubicada entre el edificio de la Asamblea y el Museo del Bardo y dispararon contra un autobús de turistas antes de tomar a varios rehenes y atrincherarse en una zona ajardinada que comparte muro con el museo.
Túnez ha sido escenario en las últimas semanas de un repunte de la actividad yihadista en la región de Kasserine, en la frontera oeste con Argelia, zona montañosa que utilizan como bastión radicales locales y también grupos procedentes del país vecino y otros estados de la zona como Mali, Marruecos o Mauritania.