Las autoridades libanesas aseguraron que están determinadas a combatir el terrorismo por todos los medios, después de que anoche un doble atentado suicida en la ciudad septentrional de Trípoli causara 9 muertos y 37 heridos.
El primer ministro, Tamam Salam, denunció que ese ataque tiene por objetivo "aterrorizar a los libaneses, pero no logrará debilitar la determinación del Estado a combatirlo", según las declaraciones difundidas por los medios libaneses.
"Las fuerzas de seguridad y el Ejército están en estado de alerta y preparadas para hacer frente a esas acciones que tienden a reavivar la discordia en la región y llevar a un nuevo ciclo de violencia", agregó.
Salam señaló que continúa en vigor la aplicación del plan de seguridad para Trípoli, aplicado desde octubre pasado para poner fin a más de una veintena de rondas de violencia entre partidarios y adversarios del presidente sirio, Bachar al Asad.
Por su parte, el ministro del Interior, Nuhad Machnuk afirmó también que "el brutal ataque en Yabal Mohsen (barrio de Trípoli) está dirigido contra todos los libaneses", por lo que les instó a permanecer unidos para combatir el terrorismo.
Yabal Mohsen, de mayoría alauí, a la que pertenece el presidente sirio, es escenario a menudo de combates con sus rivales del barrio Bab el Tebaneh, de mayoría suní.
El atentado de anoche fue reivindicado por el Frente al Nusra, filial de Al Qaeda en Siria, que en su cuenta de Twitter destacó que el doble atentado es para "vengar a los sirios y libaneses suníes".
Según un comunicado del Ejército, los dos kamikazes que se inmolaron en el café Omran, Taha Samir Kayyal y Bilal Mohamad Ibrahim, llevaban cinturones explosivos con cuatro kilos de TNT.
Desde el inicio de la revuelta en Siria en marzo del 2011, la situación de seguridad en el Líbano se ha deteriorado, sobre todo en el norte, y ha incrementado la división de la población entre partidarios y detractores del régimen sirio.