Los huelguistas de seis de las siete refinerías de la Francia metropolitana decidieron este miércoles mantener su protesta pese a la decisión del Gobierno de imponer la vuelta a la actividad en las de ExxonMobil para intentar poner fin a los crecientes problemas de desabastecimiento de las gasolineras.
La Confederación General del Trabajo (CGT), que lidera el movimiento, explicó que, en el caso de las instalaciones de TotalEnergies, las asambleas celebradas esta mañana acordaron continuar con el paro en la refinería de Normandía, cerca del puerto de Le Havre; en los depósitos cerca de Dunkerque, en la biorefinería de La Mède, cerca de Marsella, y en la de Feyzin, en Lyon.
A esos centros se ha añadido la refinería de Donges, cerca de Nantes, también de TotalEnergies.
Por lo que respecta a las dos refinerías de ExxonMobil, la de Fos sur Mer, cerca de Marsella, y la de Port Jérôme sur Seine, cerca de Le Havre, también se mantienen paralizadas por la huelga, pese a un acuerdo salarial firmado por la dirección con los sindicatos CFDT y CFE-CGC.
La primera ministra, Élisabeth Borne, había avanzado el martes ante la Asamblea Nacional que había decidido, amparándose en ese acuerdo con centrales que son mayoritarias en la empresa (pero no en las refinerías), imponer la vuelta al trabajo en las refinerías de ExxonMobil, un procedimiento que su Gobierno precisó esta mañana que se acaba de lanzar para la de Port Jérôme.
Desde la CGT, el secretario en la refinería de Donges, Fabien Privé Saint Lanne, denunció que "es inaceptable atentar contra el derecho constitucional de huelga, en declaraciones al canal BFMTV.
UN 44 % DE LAS GASOLINERAS SIN CARBURANTE
En espera de ver si esa obligación de vuelta al trabajo tiene efectos en la distribución de carburante, el Ministerio de la Transición Energética cifró en un 44 % las gasolineras de Francia que carecían el martes por la noche de al menos un tipo de carburante, un porcentaje más de diez puntos porcentuales superior al que había un día antes.
Los mayores problemas están en las regiones de París y Hauts de France, en la frontera con Bélgica, donde desde hace días se forman colas para repostar combustible en las gasolineras que están aprovisionadas.
Para hacer frente a la escasez, las compañías petroleras están importando de forma masiva en los últimos días combustible, en particular desde Amberes, en Bélgica, y desde Rotterdam y Amsterdam, en Países Bajos. Los volúmenes importados se han incrementado en cerca del 50 % y eso puede explicar en parte el aumento de los precios constatados en las gasolineras desde finales de septiembre.
Desde la oposición de la extrema derecha, el eurodiputado y candidato a la presidencia de la Agrupación Nacional (RN, el partido de Marine Le Pen), Jordan Barcella, se quejó en una entrevista a BFMTV de que en esta crisis "ha habido una falta de anticipación por parte del Gobierno".
"El buen funcionamiento de la nación está ahora en cuestión" y eso "es responsabilidad del jefe del Estado", señaló Bardella, que cargó contra lo que considera inacción de Emmanuel Macron, que a su juicio tendría que haber obligado a negociar a la dirección de TotalEnergies y a los representantes de los trabajadores.
En la situación actual, para el eurodiputado ultraderechista "no hay que incluir ninguna posibilidad", en particular la de obligar a los huelguistas a que vuelvan al trabajo.
La principal reivindicación de los huelguistas es un aumento del sueldo que compense las pérdidas de poder adquisitivo por el tirón de la inflación, pero también para participar en los beneficios excepcionales que están obteniendo las dos compañías implicadas (TotalEnergies y ExxonMobil) gracias a la situación internacional.