El acusado supuestamente acabó con la vida de otro a tiros en Mijas, Málaga, tras recibir el encargo de hacerlo
Un sicario se enfrenta a una petición fiscal de prisión permanente revisable por el asesinato de un hombre en 2015 en el contexto de un enfrentamiento entre organizaciones de carácter criminal que operaban a nivel internacional, y que ha supuesto varias muertes tanto en nuestro país como en el extranjero.
El acusado, de nacionalidad irlandesa, será juzgado mañana en Málaga por la Ley del Jurado y serán nueve miembros titulares del jurado y dos suplentes los encargados de emitir un veredicto de culpabilidad o no culpabilidad.
En el relato acusatorio, al que ha tenido acceso Efe, se destaca que el procesado actuó al servicio de una de las referidas organizaciones y que ostentaba un elevado nivel de vida en nuestro país disfrutando de viviendas de lujo, coches de alta gama y múltiples viajes al extranjero, entre ellos a Dubai o Tailandia.
Según las pesquisas, el acusado, en prisión desde septiembre de 2016, llegó a adquirir una embarcación valorada en más de 100.000 euros pese a carecer de trabajo o medios de vida conocidos.
Tras recibir de personas desconocidas el encargo de acabar con la vida de la víctima, el encausado se dirigió el 24 de septiembre de 2015 en compañía de otra u otras personas, cuya identidad no ha quedado acreditada, al domicilio de la misma, en Mijas Costa (Málaga).
Una vez allí, mientras su acompañante o acompañantes aguardaban en el interior de un vehículo (que había sido sustraído días antes), el acusado accedió al interior del recinto residencial donde, tras sustituir la gorra que portaba inicialmente por un pasamontañas para evitar ser reconocido, cogió dos armas.
El acusado esperó a su víctima en la zona del aparcamiento comunitario y cuando el hombre se aproximó a su vehículo comenzó a dispararle.
La víctima pudo huir a la carrera hacia el interior de la zona comunitaria pero el acusado lo persiguió y efectuó más de quince disparos, y al final le dio alcance y disparó dos veces en la cabeza a una distancia corta, lo que le causó la muerte inmediata.
A continuación, el acusado se dio a la fuga e intentó incendiar el vehículo para eliminar cualquier elemento, rastro o vestigio utilizados en su acción criminal, aunque no llegó a conseguir completamente su propósito ante la inmediata intervención de terceras personas que apagaron las llamas.
Además del delito de asesinato, el acusado se enfrenta a un delito de tenencia ilícita de armas, ya que en un registro se le intervino un arma de fuego pese a carecer de licencia.