La fase final de la Copa Davis que terminó este domingo con la primera Ensaladera de la historia para Canadá rozó el lleno en el Palacio de los Deportes del Martín Carpena y, en el cómputo global, se llegó a los
61.916 aficionados, más de diez mil por día.
Han sido seis días de Copa Davis en Málaga que se han vivido de manera muy especial, pese a que España cayera a las primeras de cambio en cuartos de final; más allá de los colores de cada uno, han pasado miles de personas por la pequeña ciudad que se levantó en los aledaños de un pabellón donde habitualmente juega sus partidos el Unicaja Baloncesto.
Aquella transformación total por dentro y por fuera ha derivado en un evento que, como calificaron desde la Junta de Andalucía o la Diputación de Málaga, entre otras instituciones, ha sido “lo más grande que ha acogido Málaga desde el Mundial de España de 1982”.
En el momento en que el talentoso número seis del mundo,
Felix Auger-Aliassime, se dejaba caer en la pista preso de la emoción de la victoria, estaban presenciando la coronación de Canadá un total de 9.522 personas en las gradas, un número muy cerca al lleno.
“Tuvimos un total de 175.000 personas que han asistido a la Copa Davis de este año”, informaba este domingo el director general de Kosmos Tennis, Enric Rojas, refiriéndose al total de asistentes a la fase de grupos celebrada en cuatro sedes distintas (Bolonia, Glasgow, Hamburgo y Valencia) y la fase final de Málaga. “Si se hace una comparación con lo que teníamos el año pasado, que tuvimos 105.000 personas, es una gran mejora”, añadió.
Hubo un crecimiento en lo mediático para esta Copa del Mundo del tenis, como se define la propia Davis, en un formato que se instauró en 2019 y resulta más llamativo para el espectador. El
21 por ciento de las personas que asistieron al Carpena
son de fuera de España, y hasta
un 55 son de fuera de Andalucía. “Esto es clave porque esta división entre septiembre y noviembre de las finales permite a los fanáticos viajar, planificar los vuelos y los hoteles con tiempo”, apuntó Rojas.
A lo largo de estos días de torneo -desde el 22 al 27 de noviembre- han acudido muchos italianos, alemanes, gente de Estados Unidos, Canadá, Croacia, Países Bajos o Australia: el impacto en los hoteles de la ciudad ha tenido picos de ocupación del 85% durante el fin de semana y una media del 75%.
Impacto inmediato
La Junta de Andalucía preveían un impacto de 40 millones de euros en la comunidad. Todas estas estadísticas no son más que una evidencia de lo que ha generado este campeonato en Málaga, en una ciudad que ya conoció la antigua Copa por primera vez en septiembre de 2003, cuando España se impuso por 3-2 a Argentina en las semifinales.
Se recordará esta edición por ser la que echó de menos a Carlos
Alcaraz y Rafa
Nadal en el lado español, Alexander
Zverev en el alemán, Jannik Sinner en el italiano o Nick
Kyrgios en el australiano. Pero también será recordada por ser la Davis del dominio de Felix Auger-Aliassime, la de la España que luchó cuanto pudo con Pablo Carreño, Roberto Bautista, Marcel Granollers, Albert Ramos y Pedro Martínez hasta caer en cuartos o la del apoyo al paisano de Australia Alex De Miñaur, hijo de uruguayo y madrileña y criado en Alicante.
Ante todo, será la Copa Davis que se decidió por todo lo alto en Málaga, que tenía el reto de acoger un evento gigantesco que repetirá en la edición del año que viene.También han sido inmensas las ganas de tenis que han tenido las más de 60.000 personas que han disfrutado de este deporte coincidiendo, paradójicamente, con el
Mundial de Qatar.