Las secciones sindicales del Hospital de Jerez celebraron a mediodía de este lunes una concentración de repulsa a las puertas del Hospital Materno Infantil para protestar por la última agresión sufrida por un celador que se encontraba de servicio.
Los hechos tuvieron lugar en la noche del lunes de la semana pasada, en torno a las once de la noche, cuando un individuo accedió a la zona del Materno Infantil exigiendo ser atendido. El celador de puerta se encontraba solo en ese momento e intentó tranqulizarlo, pero, según relataron ayer los representantes sindicales de la plantilla del Hospital, “se puso a dar golpes en la mesa y cogió un cesto con revistas con el que quiso agredir al celador”, sin dejar de proferir al mismo tiempo todo tipo de insultos y amenazas.
Mientras tanto, personal del centro hospitalario llegó para calmar al individuo a la espera de la llegada de los agentes de seguridad, a quienes se sumaron posteriormente agentes de la Policía local que evitaron que la situación fuese a mayores, “pese a que siguió con las amenazas”, exponía ayer David Ruiz, delegado sindical de CCOO, quien apostillaba que “no pudieron detenerlo ni nada, puesto que no hubo agresión, sólo insultos y amenazas”.
El celador se encuentra de baja desde aquel día, ya que está muy afectado por la situación vivida y, en especial, por las amenazas recibidas, ya que el individuo le advirtió que “volvería” al hospital, e incluso aquella misma noche tuvieron que acompañarlo a su casa por temor a que le pudiera pasar algo.
Gustavo Domínguez, delegado del CSIF, reclamaba ayer más vigilancia en el Materno Infantil, ya que Urgencias, que es donde se dan más casos conflictivos, “está más reforzada por seguridad, pero por esta parte pasan de vez en cuando o cuando se les llama, y en el momento del altercado el celador estaba solo”.
Pese a las medidas de seguridad establecidas por la administración, los sindicatos señalan que se siguen produciendo muchas situaciones como la del lunes pasado; “no tanto de agresiones físicas, pero sí verbales y amenazas, como le pasó a este compañero, y muchos se niegan a denunciar por miedo a represalias. Además, en este caso fue solo agresión verbal, pero si llega a ser física no podemos reaccionar, porque no había seguridad”.
En suma, ayer apovecharon para lamentar una vez más que “esto se ha convertido en el pan nuestro de cada día”.