La Junta de Gobierno Local, celebrada esta mañana y presidida por la alcaldesa, María José García-Pelayo, ha aprobado denominar la glorieta situada en la confluencia de la ronda de Circunvalación con la calle Camino Cruz del Canto y la vía de acceso al polígono industrial Guadalquivir con el nombre de Antonio Páez Lobato ‘El rey del vinagre’.
La propuesta, que ha sido aceptada por la delegación de Participación Ciudadana y Coordinación de Distritos, fue realizada por Esperanza Páez Morilla en calidad de administradora mancomunada de Bodegas Páez Morilla S.A. A la propuesta se han adherido más de mil personas, instituciones y empresas vitivinícolas que no han querido dejar pasar la ocasión de homenajear a “una de las personas más distinguidas del mundo del vino y vinagre de Jerez”.
El delegado de Participación y Coordinación de Distritos, José Galvín, destaca la figura de este eminente empresario. “Desde el Ayuntamiento no podíamos dejar de pasar la ocasión para reconocer a tan insigne figura del mundo empresarial vitivinícola de nuestra ciudad que, no podemos olvidar, que ha sido durante 2014 ‘Ciudad Europea del Vino’. Nos adherimos al homenaje que Jerez quiere hacer a este empresario, innovador y emprendedor, que supo poner al vinagre de Jerez en las mesas del mundo, abriendo el mercado del vino de Jerez a experiencias pioneras”.
Antonio Páez Lobato nació en la calle Sevilla en 1923. Desde muy pequeño ayudó a su padre en el negocio familiar, uno de los populares ‘tabancos’ de la ciudad. De espíritu inquieto, Antonio Páez continuó en el negocio de los bares, primero como asalariado y más tarde como propietario. Trabaja, igualmente, en todo tipo de negocios relacionados con las bodegas.
Dio sus primeros pasos en el mundo empresarial con un pequeño negocio de tonelería que, tras unos comienzos muy duros por el costo de la materia prima, es actualmente una próspera tonelería con clientes que incluyen bodegas de renombrado prestigio en diversas regiones vitivinícolas españolas de la Rioja, Ribera del Duero, Toro o Extremadura y firmas extranjeras en países como Japón, Cuba, Estados Unidos o Portugal.
En 1945, Antonio Páez inició un negocio inédito hasta ese momento en la ciudad, comprando partidas de vinos avinagradas para convertirlas en vinagre de Jerez. Han sido la constancia y el empuje del empresario jerezano el que ha conseguido que 70 años después, el vinagre de Jerez esté considerado como un producto excepcional apreciado a nivel mundial. El vinagre de Jerez cuenta con una Denominación de Origen y está amparado por un Consejo Regulador del que forman parte muchas firmas jerezanas.
Su espíritu inquieto y emprendedor le lleva a experimentar a mediados de los años 70 con otros vinos, lanzando al mercado un vino blanco de mesa al que llama ‘Tierra blanca’, una experiencia pionera en la provincia de Cádiz, que tuvo su continuación con la salida al mercado del vino tinto ‘Viña Lucía’.
A nivel institucional, la labor de Antonio Páez ha sido reconocida al ser elegido Rey Mago en las cabalgatas de Arcos y Jerez, ha recibido el ‘Catavino de Oro’, fue nombrado ‘Jerezanísimo’ en 2001 y recibió un sentido homenaje y una mención honorífica en la Feria Nacional del Vino FENVIN en 2005, entre otros muchos reconocimientos.