Huelva, pionera en el avance en tecnología contra el cáncer

Publicado: 07/05/2014
Investigadores del Juan Ramón capitanean un proyecto que puede revolucionar el tratamiento de ciertos tumores
“Los onubenses no os creéis lo que sois y eso me da mucha pena. Tenéis que aprender a valoraros. No soy de Huelva, pero llevo 20 años aquí y me siento de Huelva. No nos creemos capaces de ser líderes en algo, cuando hace 500 años lo fuisteis. Vivimos un poco de Colón y creemos que no hay más ‘colones’, y los hay, y muy cercanos, no sólo en el campo de la investigación científica. Hay proyectos pioneros en el mundo entero, tanto en el campo de la física como en el de la ingeniería como en el agrónomo”.

Con estas palabras concluía su entrevista con Viva Huelva José Sánchez Segovia, jefe del Servicio de Radiofísica y Protección Radiológica del Hospital Juan Ramón Jiménez e investigador principal del proyecto GASP (Gantry Superconductor), un trabajo con el que se está diseñando un tipo de funcionamiento de maquinaria hasta ahora inexistente y  que puede revolucionar el tratamiento  de cierto tipo de tumores.

El proyecto arrancó en septiembre de 2013, cuando el CDTI (Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial) le dio el visto bueno. Además, el propio CDTI (organismo del Ministerio de Economía y Competitividad) le otorgó el premio a mejor proyecto del año.

En qué consiste
Sánchez Segovia explica a Viva Huelva que actualmente los aceleradores que se utilizan a nivel mundial para atacar células tumorales mediante la protonterapia “están generalmente hechos con electro-imanes que están a temperatura ambiental y el que estamos diseñando nosotros iría a temperatura superconductora, seis grados Kelvin”.  Y es que, como explica este investigador, “lo que hay en Europa son gantry a temperatura normal, ambiente, lo que supone un tamaño muy grande, 20-25 metros de longitud y un peso de unas 15 toneladas, con lo que la precisión geométrica del sistema es bastante comprometida, y la precisión geométrica de dos milímetros es bastante complicado conseguirla. Los imanes no son superconductores, miden de 4-5 metros y su coste energético es  muy elevado”.

Con esta realidad sobre la mesa y basándose en  estudios teóricos realizados por  el CERN (Organización Europea para la Investigación Nuclear) sobre imanes superconductores para reducir este tamaño, “nosotros queremos aplicarlo a un diseño concreto”. Así, se inicia la investigación para el diseño de un  gantry superconductor que  reduzca el peso respecto a los actuales “unas 5 toneladas, logrando  una longitud mucho más pequeña por lo que  no necesitaría un búnker tan grande y el consumo eléctrico disminuye como diez veces”.

Ventajas
Con estas premisa se pone manos a la obra un equipo multidisciplinar formado por unos 60 investigadores. Dan forma al proyecto cuatro investigadores del citado servicio del Juan Ramón Jiménez;  los departamentos de I+D+i de las empresas TTI Norte (socio principal), Alter technology y Arquimea (que a su vez tiene subcontratada a la empresa onubense Tharsis Technology); el departamento de Física Aplicada de la UHU, el departamento de Ingeniería, electricidad y control de la UHU, el departamento de automática y control de la UHU y de la Universidad de Sevilla y el Centro de Microelectrónica de Barcelona.

Este equipo de profesionales  ya completó la primera fase del proyecto, que se presentó en marzo, con resultados “muy buenos”, y siguen avanzando en una aplicación con la que “se logrará una mayor precisión geométrica” lo que traducido resulta que las células dañinas podrán ser atacadas con mucha mayor precisión que hasta ahora al permitir un barrido sobre el tumor.

El proyecto se prevé  que estará completo en marzo de 2015 y supondrá, de confirmarse su éxito, un paso de gigante en la tecnología para combatir ciertos tipos de tumores como el de base de cráneo, retina, melanoma ocular o tumores pediátricos. En la actualidad, en España no hay ningún equipo de protonterapia, y los pacientes han de ser derivados a París. Esta  investigación dará un salto cualitativo en el tratamiento de los pacientes, y podrá ser exportable a todo el mundo. Ahora toca esperar que España pueda disfrutar de este avance  abanderado en Huelva. Como dice el investigador Sánchez Segovia, “nuestro empeño es montarlo en España, si es en Andalucía mejor, y si es en Huelva, mejor que mejor”.

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