El lunes pasado se sintió un terremoto de 3,5 grados tras diez días sin temblores de magnitud superior a 3
El comportamiento de la serie sísmica que desde el pasado diciembre vive Granada y su área metropolitana, donde el lunes pasado se sintió un terremoto de 3,5 grados tras diez días sin temblores de magnitud superior a 3, está dentro de "lo lógico y lo normal" en un caso de estas características.
Así lo ha explicado a Efe el catedrático de Física de la Tierra de la Universidad de Granada e investigador del Instituto Andaluz de Geofísica Jesús Ibáñez.
Señala que el hecho de que haya momentos de pausa tras cierta actividad sísmica dentro de una secuencia de terremotos como la que está viviendo la zona, no significa necesariamente que al registrarse un nuevo temblor de magnitud mayor a los de días anteriores se esté produciendo una reactivación del enjambre.
"Entra dentro de lo lógico y lo normal, aunque estuviéramos cinco meses sin nada", señala el experto, que precisa que la escala temporal de la tierra es muy distinta a la del hombre, por lo que, por ejemplo, desde el punto de vista tectónico un periodo de cien años "no supone absolutamente nada".
Por ello, incide en que "no podemos pretender que la tierra se adapte a nuestra inmediatez", de ahí que no sea posible, dice, responder a la pregunta de cuándo podría acabar esta serie sísmica, que es muy parecida a otra concatenación de terremotos que tuvo lugar en la zona en 1979 y que está siendo tomada como referencia para el estudio de ésta.
Aquel enjambre sísmico de 1979, en el que los temblores fueron de magnitud similar a los actuales, se prolongó durante varios meses, con episodios intermedios de disminución de la actividad.
"El tiempo que está transcurriendo sin que haya un terremoto grande es un regalo que nos está dando la naturaleza para que aprendamos, porque nos está dando tiempo para prepararnos", señala el investigador, que insta a la población a tomar las medidas preventivas adecuadas y a informarse sobre qué hacer en caso de temblor sin necesidad de "obsesionarse" con esta situación, porque la gran mayoría de las edificaciones de la zona están preparadas para temblores de esta magnitud, como apuntan los expertos.
Desde el inicio de esta serie sísmica, el pasado mes de diciembre, el Instituto Andaluz de Geofísica está llevando a cabo el estudio de la misma, que consta del registro y evaluación diaria de lo que está ocurriendo, antes de pasar a la parte científica.
En esta fase, los investigadores cuantifican los mecanismos de los terremotos, por qué ocurren y las características físicas de la sacudida para, finalmente, "mucho más a largo plazo", sacar conclusiones desde el punto de vista del riesgo.
Desde el pasado 5 de febrero, cuando se produjo un terremoto de 3,2 grados y epicentro en Santa Fe, el área metropolitana de Granada no sufría ningún seísmo por encima de magnitud 3 hasta el pasado lunes, cuando se registró uno de 3,5, aunque la serie sísmica ha seguido activa con temblores menos frecuentes e intensidad inferior.
En las últimas 24 horas se han registrado ocho temblores de entre 1,5 -el de menor magnitud- y 2,9 -el de mayor magnitud y con epicentro en Santa Fe, como el anterior y la inmensa mayoría-.
Estos terremotos forma parten del enjambre sísmico que se registra en Granada y su área metropolitana desde principios del pasado mes de diciembre, que han superado desde entonces el millar y que se reactivó especialmente entre los pasados 23 y 28 de enero con hasta cinco seísmos de magnitud superior a los 4 grados.