La Policía Nacional ha anunciado este viernes la detención en León de tres personas que serían responsables de un grupo criminal dedicado a captar mujeres en situación de pobreza y vulnerabilidad de países latinoamericanos para su explotación sexual en clubes de alterne en España.
Según explica la Policía en un comunicado, la investigación, a cargo de la Brigada Central contra la Trata de Seres Humanos de la Comisaría General de Extranjería y Fronteras, la Brigada Provincial de Extranjería de León y la UCRIF de Madrid, comenzó con el aviso del Agregado policial de Brasil en España, sobre dos mujeres de nacionalidad paraguaya interceptadas por la policía brasileña que viajaban con destino a Madrid y que "podían encajar en el perfil de víctimas de trata de seres humanos".
"Inmediatamente, agentes de la Policía Nacional especializados en este delito organizaron un dispositivo con la finalidad de comprobar la información recibida, lo que les llevó a la detección de las dos mujeres y la posterior desarticulación de la organización que se encargaba de recogerlas en el aeropuerto y trasladarlas hasta León, donde eran explotadas en el ejercicio de la prostitución en un club de alterne", explica.
Los agentes descubrieron que las mujeres eran captadas "por una extensa red de colaboradores" en sus países de origen, que se encargaba de buscar jóvenes que se encontrasen en una situación muy precaria, muchas de ellas incluso con cargas familiares, con problemas de salud y "viviendo en la más absoluta pobreza".
Ofrecían a esas mujeres la posibilidad de obtener "altos beneficios económicos ejerciendo la prostitución en España", lo que les permitiría "salir de la situación en la que se encontraban, tanto a ellas como a sus familias".
Sin embargo, una vez en el país eran explotadas sexualmente en un club de alterne sin obtener beneficio económico alguno con el pretexto de saldar por completo la supuesta deuda contraída con los tratantes por los gastos derivados de su viaje, "una elevada suma de dinero por realizar las gestiones necesarias" para conseguir trasladarlas hasta España.
"La organización se encargaba de proporcionar los billetes y documentos necesarios y de aleccionar a las víctimas sobre cómo comportarse, vestirse o responder a las preguntas que les pudieran hacer en los controles fronterizos con el fin de parecer turistas y no ser devueltas a su país", explica la Policía.
En este caso, las víctimas viajaron por carretera desde Ciudad del Este hasta Foz de Iguazú, en Paraguay, volando desde allí hasta Sao Paulo (Brasil), desde donde entraban en territorio Schengen a través de los aeropuertos de París o Roma. Una vez allí, viajaban a Madrid o Bilbao en vuelo interior, "facilitando lo máximo posible de este modo su entrada en nuestro país como turistas".
A su llegada, eran recogidas en el aeropuerto por miembros de la organización que las trasladaba sin dilación hasta el club de alterne en el que iban a trabajar, en la provincia de León. Inmediatamente las víctimas eran despojadas de su pasaporte para así mantenerlas controladas permanentemente y asegurar el pago de la deuda que habían adquirido con la organización. Se les informaba de las "normas de obligado cumplimiento" que debían seguir en el club así como de "las condiciones en las que debían ejercer la prostitución".
"Con el fin de mantenerlas absolutamente controladas, las mujeres eran obligadas a residir en el mismo lugar en el que debían ejercer la prostitución, teniendo prohibido abandonar dicho lugar sin el expreso consentimiento de los explotadores, que las acompañaban en todas sus salidas, no teniendo capacidad ni para decidir con quién compartir habitación", explica la Policía.