La policía alemana concluyó hoy tras varias horas el registro de la vivienda del copiloto de Germanwings Andreas Lubitz en Düsseldorf y la casa que compartía con sus padres en la localidad de Montabaur, en la investigación abierta tras la tragedia aérea en los Alpes franceses.
Los agentes, según imágenes facilitadas por los medios locales, han abandonado con bolsas y cajas las dos viviendas de Lubitz, sospechoso de haber estrellado el martes de forma deliberada el avión de Germanwings con otras 149 personas a bordo.
Los registros fueron ordenados, en colaboración con las autoridades francesas, por la fiscalía de Düsseldorf, que explicó en un comunicado que su objetivo es reunir "documentos personales" del copiloto que ayuden a esclarecer los motivos que le pudieron llevar a estrellar el avión.
También señaló que el análisis de las posibles pruebas llevará "algún tiempo", pero garantizó que informará sin demora a los familiares de las víctimas y a la opinión pública de cualquier novedad esencial en la investigación.
La Fiscalía de Düsseldorf ha asumido la instrucción del caso en todo el país, dado que una parte importante de las víctimas de nacionalidad alemana residían en Renania del Norte-Westfalia, estado federado del que esa ciudad es la capital.
LUBITZ
El copiloto del avión de Germanwings que presuntamente hizo colisionar el Airbus A320 en los Alpes franceses se llamaba Andreas Lubitz, un joven nacido en la pequeña localidad de Montabaur, en el estado federado de Renania-Palatinado (oeste de Alemania).
El copiloto, de 28 años, tenía una experiencia de 630 horas de vuelo y había comenzado a trabajar en Germanwings en septiembre de 2013, según informó a Efe un portavoz de la aerolínea alemana Lufthansa.
La alcaldesa de Montabaur, Gabriele Wieland, explicó a la agencia de noticias alemana "dpa" que el joven había vivido con sus padres y tenía también un alojamiento en Düsseldorf, ciudad a la que se dirigía el avión de Germanwings que se estrelló con 150 personas a bordo en los Alpes franceses.
"Andreas murió como primer oficial de servicio en la catástrofe aérea", publicó en su página el Club de Deportes Aéreo (LSC Westerwald) de Montabaur, del que era miembro, al conocer la noticia del accidente el pasado martes.
"Cumplió su sueño de volar, sueño que ahora ha pagado caro con su vida", manifestaban sus compañeros del club en recuerdo de un joven que, señalaban, "comenzó como piloto de planeadores y llegó a ser piloto de un Airbus A320".