La cerámica ha estado presente en muchos usos cotidianos
La exposición La Cartuja. Mucho más que loza, inaugurada ayer en el Museo de Artes y Costumbres Populares de Sevilla, donde podrá verse hasta finales de abril pone de manifiesto cómo piezas de valor artístico han estado presentes en la vida cotidiana y en algunos usos domésticos.
Las doscientas piezas que integran la exposición han sido seleccionadas de entre las más de cinco mil que integran la colección histórica de la fábrica de la Cartuja de Sevilla y que, propiedad del Ministerio de Cultura, se conservan en Sevilla, calificadas como Bien de Interés Cultural (BIC) por su elevado valor artístico, industrial y etnológico.
El consejero andaluz de Cultura, Paulino Plata, en la presentación de la exposición a la prensa, ha destacado, además del valor artístico de estas piezas, que formen también parte del patrimonio etnológico e industrial.
La exposición se divide en ajuar doméstico, con vajillas y piezas del servicio de mesa, tanto propias de entornos acomodados como de otros más domésticos; enseres domésticos dedicados a la higiene y el aseo personal, cerámica artística y ornamental, con un apartado a la cerámica para jardines, en cuya producción fue muy activa la Cartuja, azulejos, con algunos de grandes dimensiones, y enseres dedicados a industria, señalización y comercio, entre otros.
La cronología de las piezas se extiende desde el principio de la actividad productiva de la Cartuja, en 1841, hasta la década de los setenta, si bien el conjunto más numeroso es el referido a la producción entre 1880 y 1920.