El Centro de Educación Permanente Al Yazirat dará formación en este curso a unas 600 personas distribuidas en diferentes sedes, horarios y materias. Un año en el que el aumento del paro se ha traducido en un mayor número de alumnos de regreso a las aulas.

La directora del centro para adultos, Josefina Riesco, destaca que la formación impartida se divide principalmente en dos ramas. Por un lado se encuentra el plan educativo de formación básica, que permite acceder al Graduado en Educación Secundaria tras superar una prueba libre.

Por otra parte están los cursos de materias diversas. Entre ellos aparecen Uso de las nuevas tecnologías, Idiomas extranjeros a nivel básico (inglés o francés) o Español para extranjeros. También en esta rama se enmarcan los planes educativos de Patrimonio cultural andaluz o Salud y prevención de riesgos.

Trayectoria
Riesco repasa que la actividad del centro “empezó en el año 1984, tras marcarse como objetivo la Junta de Andalucía la alfabetización de toda la población”. Esto llevo a una expansión en diferentes sedes por diferentes barrios para “llevar la formación y el acceso al mayor numero de sitios posibles”. Actualmente se mantienen activas varias de esas sedes en las barriadas de La Bajadilla (“estamos esperando a que el Ayuntamiento termine las obras”), El Saladillo (“tienen que mejorar las instalaciones”); La Piñera; San José Artesano y La Reconquista (“nuestro centro matriz”).

El perfil de los usuarios de Al Yazirat varía, si bien ineludiblemente todos son mayores de 18 años. Así, según los planes educativos que cursen, “el perfil es diferente”.

En la formación no reglada hay muchas mujeres y hombres jubilados, amas de casa, auxiliares administrativos e incluso enfermeras. En este grupo mayoritariamente son mujeres, pero poco a poco los hombres se van sumando.

Mientras, en la formación dirigida hacia la prueba libre para la obtención del título oficial, se trata de un “alumnado más joven que necesita la titulación mínima”.

Profesores
Los ocho profesores en plantilla se adaptan al número de alumnos de cada barriada, sus necesidades y a las directrices que marca la Administración. Además, los horarios se diseñan en función de sus demandas por lo que son tremendamente flexibles.