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Jueves 18/04/2024  

El jardín de Bomarzo

Con el tiempo aprendes

Al igual que dos no se pelean si uno no quiere, pueden llegar a acuerdos si ambos parten de esa predisposición

Publicado: 07/10/2022 ·
11:01
· Actualizado: 07/10/2022 · 11:01
  • El jardín de Bomarzo.
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Bomarzo

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El jardín de Bomarzo

Todos están invitados a visitar el jardín de Bomarzo. Ningún lugar mejor para saber lo que se cuece en la política andaluza

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"Con el tiempo te das cuenta de que en realidad lo mejor no era el futuro sino el momento que estás viviendo, justo este instante. Pero desafortunadamente con el tiempo lo aprendes"Jesús Quintero.

Al igual que dos no se pelean si uno no quiere, pueden llegar a acuerdos si ambos parten de esa predisposición. Para ello el talante es fundamental. Por eso es importante la moderación, el partir de una filosofía expresiva alejada de esa prepotencia política de quienes van por la vida dando lecciones permanentemente, gustándose de escucharse sin prestar atención a lo que dicen los demás. Qué importante es saber escuchar, mucho más que hablar, con el tiempo lo aprendes, tener la paciencia de prestar atención al otro sin la prisa de zanjar la conversación y aún sin que ésta sea de interés. Como durante décadas demostró el, quizás, maestro de los silencios ante la pantalla, de las frases medidas en esa búsqueda continua de un arañazo que rasgue el alma. Tristemente fallecido esta semana, Quintero: "Con el tiempo aprendes que disculpar cualquiera lo hace, pero perdonar es solo cosa de almas grandes".

Moreno Bonilla y Antonio Muñoz, presidente de la Junta y alcalde de Sevilla, PP y PSOE al frente de las instituciones más importantes gobernadas por ambos partidos en la comunidad autónoma al margen de las diputaciones, se vieron esta semana para tratar una serie de cuestiones en base a una comisión institucional a tres bandas -local, andaluza y estatal- creada para demostrar que su talante moderado y cercano les puede facilitar el llegar a posibles acuerdos aun partiendo de posiciones distintas. Caerse bien es importante, sin que ello afecte a sus posiciones ideológicas. Porque la responsabilidad de los políticos, y de esto por desgracia suelen olvidarse, es llegar a acuerdos y para hacerlo con otras formaciones hay que tener predisposición, ganas y un elevado sentido de compromiso con el deber porque lo fácil es confrontar, acusar, dilapidar, agarrarse al y tú más, lo complicado y grande es poner el interés general y el acuerdo por delante del personal, partidista o electoral. Son cuestiones que solo con el tiempo lo aprendes, y no todos, aunque también con el tiempo comprendes "que apresurar las cosas o forzarlas a que pasen ocasionará que al fin no sean como esperabas". Eso también lo aprendes, cada cosa tiene su tiempo, su cocción, como aquellas ollas de madres o abuelas que durante toda la mañana impregnaban casa y escaleras de olores a sabores. Medir el tiempo.

De los asuntos tratados por ambos, dos que de un modo u otro afectan al resto de los municipios andaluces. De un lado la Ley de la Capitalidad y, de otro, la tasa turística.

La Ley de la Capitalidad se resume en que Sevilla obtenga del Estado un régimen especial económico como tienen otras grandes capitales de España, Madrid o Barcelona, al entenderse capital de Andalucía, gran urbe metropolitana para, con esos recursos, modernizar y prestar unos mejores servicios públicos. Se entiende. Y puede que su alcalde tenga razón pidiendo este régimen especial, a pesar de que es evidente de que el hecho de tener todas las administraciones públicas representa un enorme beneficio ya de por sí en cuestiones de cercanía de empleo, prestaciones, consumo y demás, pero la cuestión es si realmente Sevilla se ha ganado el sentimiento para el resto de Andalucía de ser su capital como, sin duda, lo han hecho Madrid o Barcelona con respecto a sus comunidades. La cuestión es preguntarse si el resto de los andaluces sienten a Sevilla como su capital y si, en este sentido, tendrían algo que decir o nuevamente sentirse agraviados ante un trato de privilegio histórico que ha tenido Sevilla con respecto a otras capitales de provincia andaluzas.

Con la tasa turística se pretende gravar al visitante con un importe diario que se suma al coste de su noche de hotel y con el que se busca costear los servicios que éste usa. Turismo Andaluz, su consejero actual, Arturo Bernal, no está por la labor -y tiene su parte de razón- porque entiende que al final ese importe será usado por los ayuntamientos para sus gastos generales y no invertido en servicios públicos que mejoren la estancia del turista, como en principio debe ser y para lo cual se cifra un impuesto que en algunas ciudades españolas sobrepasa los dos euros diarios. Muñoz calcula que con un euro/día por turista Sevilla ingresaría siete millones al año, con dos catorce. Un dinero para mejorar servicios públicos para un turismo que es, qué duda cabe, la primera industria de Andalucía y de lo cual se podrían beneficiar otras muchas localidades andaluzas que viven del turismo y que deben mejorar sus servicios porque al visitante actual le gusta lo singular pero es exigente, más ante los precios desproporcionados que muchas veces paga. Legislar y que se justifique la finalidad del impuesto y su gasto parece lo más lógico y beneficioso, distinto es que haya capacidad administrativa para ello.

Lo que en todo caso no puede ser, porque resulta obsceno, es que en función de quién gobierne una u otra institución suba a baje el grado de sintonía ante asuntos de calado, que afectan al ciudadano y que solo demuestra inmadurez personal y política. Una cosa es la lucha por el voto cuando toca, otra la sensatez y la responsabilidad para llegar a acuerdos necesarios partiendo de la idea de escuchar al otro, de ceder, incluso de cambiar de opinión. Qué grande es tener la capacidad de cambiar de opinión porque el de enfrente te ha convencido, eso sí que es enorme. Con el tiempo lo aprendes.

Quintero falleció el lunes en Ubrique a la hora de la siesta y con la noticia a todos nos devolvió algún recuerdo mágico de sus silencios, de sus medidas preguntas. Genial como era, se despidió de la pantalla con El viaje definitivo de Juan Ramón Jiménez"Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros cantando; y se quedará mi huerto, con su verde árbol, y con su pozo blanco. Todas la tardes, el cielo será azul y plácido; y tocarán, como esta tarde están tocando, las campanas del campanario. Se morirán aquellos que me amaron; y el pueblo se hará nuevo cada año; y en el rincón aquel de mi huerto florido y encalado, mi espíritu errará, nostálgico… Y yo me iré; y estaré solo, sin hogar, sin árbol verde, sin pozo blanco, sin cielo azul y plácido… Y se quedarán los pájaros cantando".

Cosas que se valoran con el tiempo.

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