El Consejo y el presidente de la Conmebol, Alejandro Domínguez, anunciaron el domingo el aplazamiento sin fecha del partido de vuelta
La Conmebol y las directivas de los clubes argentinos River Plate y Boca Juniors decidirán este martes cuándo y en qué condiciones se jugará el partido de vuelta de la final de la Copa Libertadores, suspendida tras los altercados violentos que se produjeron el sábado.
El Consejo y el presidente de la Conmebol, Alejandro Domínguez, anunciaron el domingo el aplazamiento sin fecha del partido de vuelta de la final de la Copa Libertadores con el objetivo de "preservar la igualdad deportiva", después de que varios jugadores de Boca resultaran heridos el sábado en los incidentes violentos.
La Conmebol cursó así la solicitud de Boca, que alegó que la "magnitud y gravedad" de los incidentes violentos que se produjeron en las inmediaciones del estadio Monumental de Buenos Aires provocaron "consecuencias" en su plantilla, según informaron fuentes del club en un comunicado oficial.
En la reunión del martes, que comenzará a las 10:00 horas de Asunción (13:00 GMT) en la sede de la Confederación, las autoridades del fútbol suramericano y los presidentes de River Plate y Boca Juniors, Rodolfo D'Onofrio y Daniel Angelici, decidirán la fecha definitiva del encuentro y el lugar en el que se jugará.
Domínguez aseguró en una entrevista televisiva este domingo que el partido "se va a jugar" y que se hará "en igualdad de condiciones", para "generar un buen espectáculo" deportivo que dé "confianza y que no haya ninguna excusa" por parte de ningún equipo, según informó la Conmebol en un comunicado.
Para preservar esa "igualdad" de condiciones, el encuentro debería celebrarse en el Estadio Monumental de River Plate, ya que el partido de ida se jugó en la Bombonera de Boca Juniors, lo que despeja las informaciones de algunos medios de que el partido podría jugarse fuera de Argentina.
En ese sentido, River Plate pidió a sus aficionados este domingo y tras conocerse el aplazamiento, a través de su cuenta oficial de Twitter, que conserven las entradas del partido que habría tenido que disputarse el sábado.
Las palabras de Domínguez también descartan la posibilidad de que se otorgue la victoria a Boca por la descalificación del rival, como sucedió en 2015, en otra eliminatoria River-Boca, en la fase de octavos de final de la Copa Libertadores.
En aquella ocasión el lanzamiento de gas pimienta por parte de aficionados "xeneizes" provocó la expulsión de su equipo de la competición, además de una sanción, y la clasificación directa a cuartos de los "millonarios".
No obstante, fuentes de la Confederación no quisieron adelantar ninguna posibilidad a Efe y se remitieron a lo que "se decida en la reunión del martes".
El sábado, poco antes del encuentro, numerosos aficionados del River apedrearon el autobús que transportaba a la plantilla del Boca y ocasionando varios heridos en el plantel.
Además, en los alrededores del estadio -donde como en el partido de ida, en la Bombonera de Boca solo entraba público local- se registraron numerosos incidentes entre manifestantes y la policía desplegada en el lugar, que culminaron con una treintena de detenidos.
Boca y River debían resolver el sábado el empate 2-2 con el que cerraron el partido de ida de la final de la Copa Libertadores, la competición más importante del continente.