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La duodécima inflexión

El club verdiblanco afronta un futuro lleno de incertidumbres tanto a nivel institucional como deportivo en su vuelta a Primera

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Como si de unas elecciones se tratara, después de la tensión vivida el día del voto, el Betis afronta su particular devenir la próxima temporada con el objetivo de luchar por no pasar penurias en una Liga tan exigente como la Primera División española.

La explosión de júbilo que se vivió la noche del domingo en el Benito Villamarín, abarrotado por casi 50.000 almas béticas que se dieron cita para disfrutar de una fiesta escueta y muy bien organizada; da paso a unos meses veraniegos donde han de tomarse una serie de decisiones vitales que sin duda, van a marcar el futuro del equipo de las trece barras.

Desde este lunes; tal y como desvelaba tras el encuentro el presidente Juan Carlos Ollero, la primera reunión seria para planificar y empezar a poner los mimbres del nuevo (y enésimo) Betis, se ha llevado a efecto.

La idea es clara por parte de los integrantes de la misma. Alejarse todo lo posible de la mediocridad que tanto daño le ha hecho a la entidad heliopolitana durante tanto tiempo y hallar en el mercado jugadores con proyección o calidad contrastada que; eso sí, no supongan una rémora para el conjunto verdiblanco en los próximos años.

Es por ello que el modelo de plantilla corta y buena cantera que surta al primer equipo para completar y reforzar más si cabe el plantel; gana enteros dentro del seno del club.

Sin embargo, la tarea sobre todo de Eduardo Macià (aunque también de Pepe Mel), será la de soltar lastre antes de abordar los refuerzos necesarios para construir un bloque competitivo con una columna vertebral sólida.

Hay quien dice que le van a faltar manos al nuevo director deportivo del cuadro bético para repartir cartas de libertad. Pero la realidad (no la deseable sino la que impone la mala gestión del pasado), hace que este utópico pensamiento no tenga visos de ejecutarse como se querría.

Pero otra amenaza para la estabilidad de la entidad verdiblanca se cierne; pues la interinidad de una directiva regido por unas medidas cautelares temporales, pende de la resolución judicial que avanza de manera inexorable. Lopera continúa ojo avizor y el sendero tomado, podría dar un vuelco radical de un día para otro.

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