La Semana Santa de Cádiz recupera mañana viernes el concierto "Las siete palabras de Cristo en la Cruz" que el célebre compositor austriaco Franz Joseph Haydn escribió en 1786 para la ciudad, cumpliendo un encargo que refleja el esplendor cultural y económico que en aquella época vivía la capital gaditana.
La ciudad recupera así una tradición, la de interpretar este concierto que Haydn escribió para el Viernes Santo de la Semana Santa de Cádiz, que se ha mantenido ininterrumpidamente desde el siglo XVIII y que sólo se perdió el año pasado, cuando la pandemia del coronavirus obligó a imponer un confinamiento estricto que imposibilitó cualquier acto con público.
La pandemia no ha acabado aún, pero, una Semana Santa después, esta tradición puede regresar, adaptada a las circunstancias, para retomar una tradición, acompañar una liturgia de la Semana Santa y recordar la historia de cómo el compositor más admirado de la segunda mitad del siglo XVIII escribió un concierto especialmente para Cádiz, una ciudad que nunca pisó.
En esa historia cobra un papel importante el sacerdote José Sáenz de Santamaría, marqués de Valde-Íñigo, un noble religioso que había formado parte de las misiones en América y que, al asentarse en Cádiz, empleó su fortuna en la reconstrucción del oratorio de la Santa Cueva, en la parroquia del Rosario.
La parte superior de este espacio, que alberga obras de Francisco de Goya, da paso a una subterránea que el Marqués de Valde-Íñigo quiso dedicar a una liturgia que había vivido en sus misiones cristianas en América, el Sermón de las Siete Palabras de Cristo antes de su crucifixión.
"Desgraciadamente la historia está muy poco documentada", explica a Efe el violinista Carlos Jaime, profesor en el Conservatorio Profesional de Música "Manuel de Falla" de Cádiz.
Lo que se deduce de la documentación existente es que en 1783 el sacerdote quiso "dar pompa" a la inauguración de la Santa Cueva y, siguiendo la moda de la época, pensó en encargar una música especialmente para esta ocasión y este lugar al mejor compositor de la época.
Para ello pidió ayuda a Francisco de Paula María de Micón, marqués de Méritos, quien, a través de sus contactos sociales, hizo llegar a Haydn una carta con el encargo, que el músico cumplió enviando a Cádiz una partitura para orquesta.
En un texto, Haydn relató cómo la música que le habían encargado tenía que acoplarse a una liturgia para la que le habían contado que "los muros, ventanas y columnas se cubrían de tela negra, y sólo una única lámpara iluminaba la sagrada oscuridad" de la iglesia.
A mediodía se cerrarían las puertas y la música comenzaba y debía intercalarse con las homilías que el obispo pronunciaba sobre cada una de las Siete Palabras.
"Mi composición tenía que adaptarse a esos preparativos. La tarea de escribir siete adagios con una duración de diez minutos cada uno y que no cansaran a los oyentes, no era fácil", relataba Haydn.
Así nació una partitura para orquesta que Haydn envió a Cádiz fechada en 1786, supuestamente porque el paradero del original se desconoce.
Lo que sí existe es la publicación, un año después, en una editorial de Viena, de esa obra en la versión original para orquesta, en una segunda para cuarteto de cuerda y en una reducción para piano, que realizó otro autor con el visto bueno de Haydn.
"La hipótesis, no probada, -cuenta Carlos Jaime- es que cuando se recibió la partitura se debieron dar cuenta de que por las dimensiones no se podía interpretar en la Santa Cueva, porque si entraba una orquesta no cabía el público".
Por ello los investigadores suponen que se le debió pedir al compositor austriaco una versión para un conjunto más reducido, que además daría un toque "más intimista" a una liturgia en la que los feligreses llegaban a flagelarse.
Esa es la versión que se ha mantenido en esta ceremonia en la Santa Cueva y que este año, para poder realizarse manteniendo las distancias de seguridad, se traslada a la Catedral de Cádiz, donde está prevista la asistencia de doscientas personas.
El Obispo de Cádiz, Rafael Zorzona Boy, oficiará esta liturgia en la que acompañará las "Siete palabras de Cristo en la Cruz": "Padre perdónalos porque no saben lo que hacen"; "Yo te aseguro: hoy estarás conmigo en el paraíso", "Mujer: ahí tienes a tu hijo. Ahí tienes a tu madre"; "Dios mío, por qué me has abandonado"; "Tengo sed"; "Todo está cumplido" y "Padre en tus manos encomiendo mi espíritu".
La agrupación "Concierto Ylustrado", dirigida por Carlos Jaime e integrada por dos violines, una viola y un violoncello, interpretará los movimientos musicales creados por Haydn para cada una de estas Palabras, en una pieza que concluye con una parte final denominada "Terremoto".
"Es una obra magistral, en la que se mezcla el dramatismo y la esperanza", explica Carlos Jaime, cuyo grupo interpreta con instrumentos y criterios de interpretación de época esta pieza que, según cuentan los historiadores, impresionó al músico gaditano Manuel de Falla, cuando la escuchó a los seis años en la Santa Cueva.