Acaba la época estival, disminuyen los turistas y aumentan los desempleados. Este es el pan de cada otoño en la provincia de Cádiz. Los datos obtenidos esta semana por el Servicio Andaluz de Empleo señalan 5.646 personas más en el paro durante el mes de septiembre, lo que engorda la cifra total hasta la escandalosa cifra de 139.468.
Sin embargo, para muchos gaditanos esta situación no es sólo fruto del final del verano, sino que arrastran consigo largos meses de búsqueda y desasosiego. Es el caso de Almudena Merlo, quien lleva desempleada desde el pasado mes de enero. Esta gaditana de 31 años es Técnica Superior en Integración Social, además de encontrarse realizando el grado de Trabajo Social actualmente por la Universidad a Distancia. Sin embargo, reconoce que siempre ha trabajado en la hostelería. Su último empleo fue como camarera en la cafetería de El Corte Inglés. Reconoce que “es una situación difícil de llevar, porque en mi caso yo siempre he estado trabajando, desde que tenía 19 años y haber estado estos meses sin trabajar es duro”. Para Almudena la búsqueda resulta “muy desesperante, porque ves que la cosa no se mueve y además las condiciones de empleo que se ofrecen en Cádiz son pésimas”. “La mayor parte del empleo que se genera aquí no te permite independizarte y siempre tienes que estar dependiendo de otra persona o de algún tipo de ayuda”.
Esta gaditana ya emigró hace unos años a Londres, donde trabajó en la hostelería “pero con mejores condiciones que aquí”. Asegura que “si de aquí a un par de meses no encuentro nada mi pensamiento es volver a emigrar, pero esta vez lo intentaría dentro de España como Madrid o Barcelona. Algún sitio que me ofrezca mejores condiciones de las de aquí”.
Luis Moreno se encuentra en una situación similar, aunque él ya ha tomado la decisión de partir a Madrid en las próximas semanas. Gaditano de 35 años, licenciado en Ciencias Empresariales. Lleva en el paro desde el pasado junio. Hasta entonces estuvo trabajando durante cinco meses para una subcontrata de astilleros con la empresa Blue Parrot Offshore como técnico de Logística. Moreno llegó a montar su propio negocio hostelero en Cádiz en el año 2010, pero no resistió el golpe de la crisis. Luego, en 2013, emigró a Holanda donde trabajó para el sector textil durante cinco años para dos grandes firmas. “De vuelta a España he intentado trabajar, pero en Cádiz lo cierto es que no me ha sido fácil encontrar trabajo. Finalmente encontré algo pero fue temporal y en verano la única oferta era para hoteles y hostelería, donde no me interesaba volver”. Es por ello por lo que ha decidido volver a emigrar, en este caso a Madrid. “Estuve hace unas semanas buscando empleo allí y lo cierto es que ya he recibido algunas respuestas para hacer entrevistas y se ve que hay mucho más trabajo que aquí”, nos cuenta.
El último testimonio es A. Z., de 32 años y madre soltera de una pequeña de cuatro. Lleva en búsqueda activa de empleo desde el mes de mayo. Ella ha trabajado siempre en la hostelería, pero ni siquiera en verano, que es una época donde este sector requiere más profesionales, ha tenido suerte. “Esta situación es pésima. Cada vez hay más gente que se va de su tierra a buscar trabajo fuera”, apunta. “El otro día estuve caminando por la Zona Franca, y fijándome, vi como había edificios abandonados que podría cogerlos el ayuntamiento o alguna empresa y hacer fábricas. Incluso algún centro comercial, de lo grande que son, y dar trabajo a los gaditanos para no tener que irnos fuera”. A la pregunta de cómo sobrevive a pesar de estas condiciones responde alarmada: “¿Sobrevivir? ¡Pues con la ayuda de mis padres! Si no, no sé qué sería de mi hija y de mí”. Estas son algunas de las voces reales del látigo del paro que azota Cádiz no sólo tras el verano.