Participantes en el segundo Congreso Internacional "Mujeres en el Mundo Liderando el Milenio" han coincidido en destacar que no hay "buenas políticas de igualdad" si no se incluye "el factor del empoderamiento" de la mujer en una sociedad donde el "patriarcado" es todavía una "realidad viva".
Valencia acoge hoy y mañana este congreso internacional, organizado por la Asociación de Empresarias y profesionales de Valencia y que reúne a mujeres que han liderado o lideran ámbitos económicos, profesionales y políticos.
Evangelina García, ex ministra de Promoción de la mujer de Venezuela, ha asegurado que las mujeres "no han sido socializadas para el poder", sino que han sido educadas en "paradigmas patriarcales, donde el poder se entiende como un ejercicio de apropiación, control y dominio sobre el otro".
García, consejera del Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer CEDAW de la Organización de Naciones Unidas (ONU), ha considerado que es "necesario incrementar las políticas de igualdad y equidad para que la equivalencia humana demostrada en el genoma humano sea real y no sea un parapeto político".
A su juicio, el tema del poder "no es una cuestión de desarrollo económico, ya que tanto en los países pobres como en los ricos las mujeres sufren una exclusión del poder, que es lo que determina la necesidad de políticas de igualdad".
Pero, según Evangelina García, "no hay buenas políticas de igualdad si no se incluye el factor del empoderamiento", ya que "son 7.000 años de patriarcado, y las mujeres no tenemos la práctica ni conocemos ni manejamos las liturgias del poder".
"No es cuestión de leyes y programas de igualdad de trato, sino de verdaderamente empoderarnos, y la estructura del poder, tanto para los hombres como para las mujeres, forma parte del ADN socioemocional que nos define", ha señalado la también consultora internacional de Género y Liderazgo.
"Necesitamos contribuir a liquidar la cultura del caudillismo político, contribuir a la creación de una cultura capaz de resolver pacíficamente los conflictos, una cultura de tolerancia que surge del respeto a la diferencia, no tenemos por qué someternos a los paradigmas del ejercicio de poder masculino".
Por su parte, Lu Hsiu-Lien, ex vicepresidenta de Taiwán, ha afirmado que nadie "tiene el derecho de limitar a las mujeres y su fortaleza", y ha señalado que éstas "tienen que ser física, intelectual y financieramente independientes de los hombres, ser dueñas de su propios destinos".
"La mujeres juntas pueden demostrar 'otra forma' de liderar el mundo", ha señalado la activista de los Derechos Humanos de la mujer que estuvo encarcelada en Taiwán, quien ha destacado que las mujeres constituyen "la mitad de la población del mundo y sin Eva no habría humanidad".
También ha participado Ingibjörg Sólrún, ex ministra de Asuntos Exteriores de Islandia y líder del partido socialdemócrata, quien ha señalado que es importante que las mujeres "no adopten patrones de vida que han sido desarrollados para acoplarse a los hombres".
"El patriarcado es una realidad viva", ha destacado Sólrún, quien ha agregado que la energía femenina "puede ser fuente de riqueza y prosperidad y por ello el empoderamiento de las mujeres es una prioridad".
A su juicio, el cincuenta por ciento de las personas que trabajan en los organismos gubernamentales "deben ser mujeres. Es su parte y les corresponde", y ha considerado que el mundo "necesita desesperadamente" los valores femeninos, un cambio de valores en bien de las siguientes generaciones.
También ha participado por videoconferencia Michelle Bachelet, presidenta de la República de Chile entre marzo de 2006 y marzo de 2010, quien ha asegurado que es posible trabajar con las pequeñas y medianas empresas "en responsabilidad social, sin que eso no signifique necesariamente muchos ingresos, sino trabajar en términos de personas".
Las primeras intervenciones han sido moderadas por la senadora y portavoz del grupo socialista en el Ayuntamiento de Valencia, Carmen Alborch, quien ha condenado las manifestaciones del alcalde de Valladolid sobre la nueva ministra de Sanidad, Leire Pajín, y ha afirmado: "Si queremos ser líderes debemos exigir respeto a la dignidad de nuestro trabajo".