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Miércoles 17/04/2024  

Días de barrunto

Una piedra en el camino

Suelo ser una persona bastante optimista, pero cada vez tengo más dudas de que la puñetera piedra pueda alcanzar alguna vez la tan anhelada cima

Publicado: 16/06/2021 ·
16:42
· Actualizado: 16/06/2021 · 16:42
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  • Imagen de kewl en Pixabay.
Autor

José Manuel Infante Gómez

Columnista mitad barbateño mitad madrileño. Redactor en web deportiva trescuatrotres.com

Días de barrunto

En palabras de su autor: "Intento decir lo que pienso pensando siempre lo que digo"

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Seguro que esta pandemia nos hará mejores”. Esta era una de las frases más repetidas cuando el puñetero Covid irrumpió en nuestras vidas para transformarlas por completo.

Sísifo fue fundador y rey de Corinto. Su padre era Eolo y llegó incluso a ser considerado como el más sabio y astuto de los hombres, según cuenta la leyenda. Pero también fue bastante avaro y mentiroso. Su esposa era Mérope, que luego acabó transformada en una de las más brillantes estrellas del firmamento. En fin, que el tal Sísifo no tenía necesidad de complicarse la vida. Pero por uno de esos caprichos que demuestran que los dioses y héroes no son tan divinos ni perfectos como siempre nos los han descrito, el tal Sísifo se encaprichó de otra mujer y cometió el error de tener un hijo con esta. El consiguiente castigo no fue baladí, ni mucho menos.

El hijo de Eolo se llevó el resto de su existencia empujando una enorme piedra cuesta arriba por la ladera de una montaña. Antes de llegar a la cima, la piedra volvía a rodar cuesta abajo convirtiendo cada intento en eterno y estéril.

La humanidad lleva toda la vida emulando a Sísifo, aunque hay épocas donde la piedra parece adquirir más peso todavía.

Durante los últimos quince meses, por ejemplo, la mayoría de nosotros nos hemos esforzado en alejar lo más posible otra piedra infectada por un virus letal que llegó para marcarnos de por vida. Varias veces, cuando parecía que la dichosa piedra llegaría a su destino, nuestras ilusiones se venían abajo a causa del caos existente en la cima de la montaña.

Una manifestación estúpida con obsoletos tintes políticos, una celebración absurda por algún éxito deportivo, una cola formada por un sinfín de descerebrados que esperaban su turno para bailar mientras cientos de personas morían cada día o infinidad de botellones miserables para brindar no se sabe muy bien por qué. El caso es que siempre se encontraba un obstáculo imposible de salvar que provocaba el fracaso de la misión.

A todos estos actos, más propios de trogloditas que de personas civilizadas, quisiera añadir uno muy reciente: Una enfermera abraza a un inmigrante que llegó exhausto tras arriesgar su vida y multitud de imbéciles recriminan el gesto con algún comentario despectivo al afirmar que dicho abrazo solo se hizo con el fin de buscar fama con dicha imagen.

Suelo ser una persona bastante optimista, pero cada vez tengo más dudas de que la puñetera piedra pueda alcanzar alguna vez la tan anhelada cima. Es decir, me temo que nos llevaremos toda la eternidad emulando a Sísifo.

¿Crees que esta pandemia nos hará mejores?

—En absoluto, solo nos está mostrando como realmente somos.

“El hombre es, de todos los animales, el menos capaz de vivir en rebaño”. (Jean- Jacques Rousseau). 

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