Los más de 43.000 mayores de las residencias andaluzas están vacunados contra el coronavirus, pero su vida diaria es aún muy diferente a la que tenían antes del comienzo de la pandemia porque se mantiene el miedo a los contagios y además tienen frescos los duros momentos que han pasado, con un goteo constante de fallecidos hasta llegar a 2.168.
La vuelta a la normalidad en las residencias se producirá dentro de "años", según vaticina el director general de Cuidados Sociosanitarios de la Consejería de Salud y Familias, José Repiso, quien asegura a Efe que en los centros aún tienen "el miedo en el cuerpo" porque lo ocurrido ha sido "tremendo".
Tanto Repiso como los directores de dos residencias consultadas y el presidente de la Federación de Organizaciones Andaluzas de Mayores (FOAM), Martín Durán, coinciden en que la vacuna aporta "tranquilidad" a los residentes y sus familiares y "minimiza" los riesgos, pero recuerdan que se desconoce cuánto dura su inmunidad.
Además, tienen temor a la capacidad de contagio de las nuevas cepas que se van conociendo y se refieren a la cuarta ola que ya están sufriendo otros países europeos, que previsiblemente también llegará a España.
De hecho, la Consejería de Salud advirtió, cuando permitió el 13 de febrero pasado las visitas de familiares a las residencias dijo que "deberán mantenerse las medidas de protección y prevención" porque la vacunación frente a la covid-19 "ofrece protección de la enfermedad, pero no evita la infección y, por tanto, la capacidad de transmisión a otras personas".
Ante las incertidumbres de la duración de la inmunidad que tiene la vacuna, Repiso ha afirmado que se siguen haciendo test de antígenos a los trabajadores de las residencias y ha anunciado que en septiembre próximo harán de nuevo pruebas en la sangre a los residentes para conocer el nivel de anticuerpos que tienen.
La normativa en las residencias es igual a la que había antes de la pandemia respecto a las salidad y las visitas, que están autorizadas, según asegura Repiso, aunque desde la FOAM y de alguna residencia se pide a la Junta que "abra la mano" en las limitaciones que tienen.
En Andalucía hay contabilizadas 668 residencias de mayores, dos de ellas con casos positivos por covid, pero la Junta de Andalucía eleva a 1.107 los centros sociosanitarios que atienden con la misma normativa porque incluye a los que tienen discapacitados o a comunidades terapéuticas para adictos a drogas, explica Repiso.
EL DÍA A DÍA
Ante el temor a que haya más contagios, los directores de una residencia de Sevilla y otra de Jaén consultados por Efe aseguran que aplican controles estrictos en las visitas de familiares y en las salidas de los residentes así como en la distribución de los internos en los centros.
En la residencia Fundomar de Los Bermejales en Sevilla, con 160 residentes, su gerente Curro Pérez reconoce que no están "tan relajados" como antes de la pandemia ante el temor de cómo actuarán las nuevas cepas que se van conociendo, y por eso, además de los controles de entradas y salidas, los profesionales usan material de protección que evite la propagación de la enfermedad.
"No hay tanto cambio en las residencias como se piensa a pesar de que los residentes están vacunados", concluye este gerente, que aún se estremece al recordar los peores momentos de la pandemia y los días en que su centro fue medicalizado por la Consejería de Salud y no es capaz de pronosticar cuándo volverán los usos de hace un año.
En Jaén, la directora de una residencia con 45 internos que no ha sufrido ningún contagio detalla los controles que mantienen: una visita a la semana de una hora de duración, con distancia de seguridad, batas para los familiares y mamparas protectoras; y cuando los ancianos salen a la calle, al regresar se tienen que duchar y cambiarse la ropa.
En esta residencia, los ancianos están separados por plantas y solo se pueden quitar la mascarilla en sus habitaciones. "Tenemos muchas ganas de normalidad", admite la directora, que pide el anonimato y destaca la "adaptación" de los ancianos a todas las exigencias derivadas de la covid porque han pasado por situaciones en la vida que "no nos imaginamos".
El presidente de la FOAM también alude a que muchos residentes están "psicológicamente quemados" por el confinamiento tan severo al que han estado sometidos.
"Es cierto que las cosas no pueden seguir con la rigidez actual", afirma el presidente de la FOAM, que pide "buscar ese difícil equilibrio" entre ampliar el espacio que tienen los residentes pero "sin menoscabar" su seguridad.
El miedo a lo ocurrido en las residencias en los meses más duros del coronavirus ha provocado que queden "muchísimas" plazas vacantes sin cubrir, según Repiso, que alaba el trabajo de "la mayoría" de los centros, que "lo han hecho muy bien".
En algunos de estos centros, en los que trabajan más de 33.000 personas, se registra otro problema: no encuentran profesionales de enfermería que quieran trabajar en ellos por las altas exigencias de las condiciones laborales y personales que se encuentran.
Andalucía
La difícil vuelta a la normalidad en las residencias a pesar de la vacunación
Su vida diaria es aún muy diferente a la que tenían antes del comienzo de la pandemia porque se mantiene el miedo a los contagios
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