Podemos frenar el cambio climático dejando de comer carne? Esta pregunta podría ser interesante si no fuera porque hace creer al ciudadano que con esta actuación personal podrá impedir que prosiga un proceso de cambio climático que ya casi nadie niega y que se ha convertido en un negocio fabuloso.
Este tipo de propuestas con una apariencia tan sencilla son difundidas con la intención de lograr que la ciudadanía ponga en práctica unos comportamientos innecesarios (a veces incluso perjudiciales) que solo beneficiaran a intereses muy concretos y que afectan a las posturas y decisiones que de cara al futuro adoptan las personas en su día a día, especialmente las más desinformadas.
En estos últimos años las Naciones Unidas proclamaron el beneficio que supondría consumir insectos para solucionar determinados problemas ambientales y mira por donde este verano la misma organización internacional ha difundido la noticia de que la industria cárnica mundial es en buena medida responsable de la emisión mundial de gases de efecto invernadero.
Por este motivo la ONU invita a los ciudadanos a que consuman la menor cantidad posible de productos cárnicos y colaboren así a frenar el cambio climático. Es curioso como en este informe elaborado con dinero público no se menciona que según datos acreditados el sector agropecuario en USA (uno de los países con mayor emisión de este tipo de gases) el sector agropecuario produce menos del 10 % del total emitido frente a casi el 30 % que emite el transporte o el 50 % que arrojan a la atmósfera la industria y la producción de electricidad.
Por otra parte, como las noticias apocalípticas sobre el cambio climático nunca van solas, los desastrosos incendios desatados en el Amazonas (que merecen toda la atención para que no se repitan) han sido aprovechados por la prensa para decir que esa selva es el pulmón más grande del planeta, su mayor fuente de oxígeno, pero eso es falso ya que el bosque más grande de la Tierra es la taiga siberiana, aunque en realidad todos los bosques del planeta producen solo el 28 % del oxígeno atmosférico, mientras los océanos producen el 70% No sé si lo de que no comamos carne es porque en la ONU se ha introducido algún lobby vegano (con el negocio que acarrea), ni tampoco sé si lo de ocuparse tanto del Amazonas de Brasil es por la situación política de ese país (los incendios comenzaron realmente en Bolivia donde hay leyes para desforestar la selva con fines agropecuarios).
Lo que tengo claro es que en verano a falta de noticias de interés los medios siempre han resaltado y exagerado otras que de normal pasarían desapercibidas, antes vendían las serpientes de verano y ahora el apocalipsis climático. Todo vale para crear miedo, perdón quise decir para concienciar.