El calor de este año está siendo insoportable, un calor que parece que te bloquea, y bloqueado me quedé cuando el viernes leía en este periódico la noticia de..
El calor de este año está siendo insoportable, un calor que parece que te bloquea, y bloqueado me quedé cuando el viernes leía en este periódico la noticia de que el dinero de la Junta para el Plan de Climatización, 600.000 €, serán para más zonas de sombras, celosías y ventiladores, y que esta decisión la han tomado después de reunirse con “colectivos afectados”, a los que promete más diálogo. La noticia sin duda causa sonrojo por muchos motivos. En primer lugar por las condiciones en muchos casos tercermundistas de las infraestructuras educativas en la provincia. Y que ahora, a sabiendas que en Jaén hace un calor que te achicharras nos dicen que están pensando en la instalación de elementos que den sombra o ventiladores. En cualquier caso, de la noticia publicada varios días después en otros periódicos también, parece ser que el Instituto Alfonso XI de Alcalá la Real no está entre los elegidos, que son los ubicados “en zonas especialmente calurosas” según ha manifestado la delegada de Educación. No lo entiendo, porque lo ocurrido este año en las Pruebas de Acceso y Admisión a la Universidad este pasado mes de junio en Alcalá la Real, entre otros centros, ha sido simplemente intolerable. Un proceso competitivo al máximo, en el que los alumnos se están jugando su futuro, se ha celebrado en ese centro bajo unas condiciones extremas de calor, en aulas nada acondicionadas para celebrar exámenes. En fin, más de lo mismo. Igual que el Hospital, sin aire acondicionado. Me imagino a la delegada y todo su staff directivo eligiendo los ventiladores en los muestrarios de Ikea, Amazon… difícil elección sin duda, los tienen de pie, de techo, de techo con luz, de techo eco plano, de tres aspas, de cuatro aspas… una broma pesada sin duda. Eso sí, la delegada agradece las “aportaciones constructivas” de la comunidad educativa. Hace treinta años en el instituto de Quesada nos calentábamos con estufas de leña. Otra cosa era dar clase, porque cuando encendíamos la estufa nos teníamos que salir del aula por el humo. Poco o nada ha cambiado el panorama educativo en nuestra provincia a pesar de las quejas sistemáticas que llevamos haciéndole a la Junta estos últimos treinta años. Os imagináis el despacho de la delegada sin aire acondicionado, o las dependencias de la Delegación de Educación ¿aguantarían? Los jóvenes no tienen otra opción, abanicos, ventiladores o situarse en zonas de sombra, por ejemplo, debajo de un árbol, para aprender trigonometría. ¿Os imagináis que por una semana se suspendiera el aire acondicionado en el Parlamento Andaluz o en el Palacio de San Telmo?