Como la mojama. Esa es la situación actual de los responsables económicos del equipo de Gobierno. Una situación que ha llevado a que, este mes, la nómina de los funcionarios municipales no se haya pagado cuando ustedes lean estas líneas. Aunque esto último tiene que ver más con el desconocimiento de la Ley que con la situación económica en si misma. Paso a explicarles.
Existe en los mentideros políticos una crítica furibunda con los responsables municipales en relación con el personal de confianza traído de los caladeros foráneos del partido socialista. Las contrataciones efectuadas - "todo a sesenta mil", les llaman- han creado sentimientos contradictorios entre los componentes del partido socialista esteponero. Más aún, si cabe, por determinados ceses producidos cercanos a familias conocidas y de lejana raigambre en su militancia. Mi opinión, no podía ser de otra manera, es otra. No es el problema si un trabajador es caro o barato, puede ser caro con mil euros al mes y barato con diez veces esa cifra. El problema real es de eficacia y capacidad de gestión, de conocimientos y preparación.
Esta última semana, a fin de solucionar el problema del pago de las nóminas, se planteó por parte del gobierno la posibilidad de pagar la nómina de Ayuntamiento y Sociedades conjuntamente por el 80 % de su importe. Desconozco si la propuesta partió del Equipo de Gobierno o de sus asesores pero lo que resulta evidente es que, hiciera quien hiciera la propuesta, la otra parte tampoco conocía las limitaciones de la Ley. Y eso, de cara al gobierno de una ciudad, es especialmente grave. Que quienes nos dirigen políticamente y quienes aspiran a perpetuarse desde puestos de confianza no conozcan la Ley de Haciendas Locales está fuera de lo mínimamente exigible y roza lo inadmisible. Por eso, porque se puso de manifiesto el desconocimiento de la normativa, es por lo que hoy, víspera del Día de la Madre - felicidades por cierto a todas - no se ha firmado la nómina de funcionarios y laborales. Estas y otras realidades son las que hacen que un salario sea caro o barato, estas y otras debilidades son las que hacen que un gobierno sea fuerte o rehén de su debilidad.
Se han hecho públicas esta pasada semana alguna de las sentencias del Tribunal de Cuentas y me vienen a la memoria escenas que parecen de otra época. Recuerdo ruedas de prensa incendiarías, reclamaciones políticas de miles de millones de las antiguas pesetas, políticos de nuevo cuño que "acudieron a la vida pública a luchar contra los corruptos venidos de Madrid", programas y más programas de televisión plagados de insultos cuando no de autoproclamas de honradez y, miren ustedes por donde, se ha quedado todo en el chocolate del loro. No me pregunten por el color del loro, que no se lo voy a decir, pero convendrán conmigo en que, a la postre, por la boca muere el pez. Curiosa manera de defender la legalidad y el patrimonio municipales o confirmación definitiva de lo que algunos, pocos, hemos venido defendiendo a lo largo de los últimos años. Cuanto más se escupe hacia arriba, más riesgo se corre de usar paraguas.
Terminando por donde empezamos, alguno debería hacérselo mirar. No es de recibo que un mes tras otro, sin solución de continuidad, el tema recurrente sean los problemas económicos y los trabajadores tengan la espada de Damocles del cobro de las nóminas sobre sus cabezas. O se encuentran soluciones o se reconoce que no se tienen y se busca ayuda profesional. Así de claro y rotundo. La situación económica tiene solución, tenía al menos, antes de dar el paso al frente cuando nos encontrábamos al borde del abismo.