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Cartas a Nacho

Hotelito

En diciembre de este año se cumplirá el treinta aniversario del estreno de la obra “El Hotelito”, de Antonio Gala...

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En diciembre de este año se cumplirá el treinta aniversario del estreno de la obra “El Hotelito”, de Antonio Gala. Rocío, Paloma, Montserrat, Carmiña y Begoña charlaban y discutían sobre la venta de su edificio ruinoso a unos extranjeros. El reparto del estreno estaba compuesto por María José Alonso, Julia Martínez, Beatriz Carvajal, Josele Román y Pilar Bardem. Dirigida por Gustavo Pérez Puig y Mara Recatero, las cinco mujeres representaban cada una de ellas a una Comunidad Autónoma, en un decorado diseñado por Francisco Nieva. El inmueble que iban a vender era España.

Mil anécdotas e historias contaban estas vecinas mal avenidas. Andalucía, Madrid, Cataluña, Galicia y el País Vasco, representaban.

De esos estereotipos, siempre me acordaré de los comentarios de Montserrat, siempre girando sobre el alquiler de los pisos; Carmiña, mirando por la ventana más alta del hotelito para buscar a su Paquiño, al que siempre esperaba de su viaje a América; y de Rocío, llevando a gala ser “la puta histórica”. Un andaluz lo primero que hace cada día al despertarse es preguntar por el dios al que hoy tiene que rezarle, comentaba Rocío.

En 1985 éramos otros. Apenas teníamos consciencia de pueblo. Nuestras infraestructuras nos no permitían conocernos. Tampoco poseíamos una lengua común. Aún se divulgaba aquello de “siéntate orgulloso de hablar en andaluz”. Y la principal preocupación era conseguir un buen empleo y una buena formación.

Treinta años después, tenemos una televisión pública que, con sus pros y sus contras, intenta unirnos en un proyecto andaluz. Somos punteros en investigación en muchos campos. Una red de carreteras y autovías razonables y, por primera vez en la historia, una conciencia de pueblo. Y seguimos teniendo como principal preocupación la de conseguir un empleo y una buena formación.

Hemos perdido ilusión. Guardamos las banderas. Las que colgábamos en las ventanas y balcones. Hasta los tiestos de las macetas pintábamos de verde y blanco. Rara vez cantamos ya el himno que compuso Blas Infante.

Cuando nos vemos en perspectiva, comprobamos que se han producido cambios, probablemente con más lentitud de lo esperado.

Una vez pasado el Día de Andalucía y poco antes de meternos en la campaña electoral que nos llevará a elegir al próximo presidente o presidenta de la Junta, tendríamos que reflexionar sobre lo conseguido, lo mucho que nos falta y si los ritmos para conseguirlo son o no demasiado lentos. También sobre cómo llevarnos con el resto de vecinos del “hotelito”.

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