El presidente de CaixaBank, Isidre Fainé, ha augurado que 2013 puede ser el año del inicio de la recuperación si España continúa ejecutando las reformas iniciadas. "Este 2013 será probablemente mejor que el que dejamos atrás. Ganas no nos faltan", ha afirmado, tras recordar que 2012 ha sido el peor año de la crisis.
En la rueda de prensa de presentación de los resultados anuales, Fainé ha sostenido que el proceso de ajuste parece estar bien encaminado, el sector exterior avanza a buen ritmo y la transformación del sector bancario ha sido "enorme".
En este sentido, ha sostenido que los test de resistencia a los que se ha sometido la banca, la constitución de la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb) --también conocido como 'banco malo'-- y las inyecciones de capital "culminan un extraordinario ejercicio de transparencia y saneamiento".
Respecto a 2012, ha indicado que fue un año en el que el euro estuvo al "borde del abismo", y la economía siguió deteriorándose en Europa, lo que se ha superado con el esfuerzo de muchos, ha opinado.
RETOS DE ESPAÑA
Ha considerado que el futuro de España pasa por superar tres "desafíos": el paro, el nivel de endeudamiento y la culminación de la reestructuración del sector bancario.
Fainé ha señalado que el primer desafío es el desempleo, y ha apuntado que 2013 seguirá siendo un año "difícil", si bien ha augurado una mejora a partir del segundo semestre.
Esta mejora pasa, a su juicio, por el dinamismo del sector exterior y la recuperación de la competitividad: "Cuando el PIB va hacia bajo la morosidad sube y también el desempleo. Hasta que no haya crecimiento será complicado generar empleo".
Ha considerado que la "cuestión más espinosa" es la mutualización de la deuda, ya que ha advertido de que no hay eurobonos a la vista, y en cuanto al nivel de endeudamiento ha defendido que el sector privado está generando superávit anual.
Sin embargo, el sector público necesitará, según ha dicho, más tiempo para reducir la brecha entre ingresos y gastos, y ha indicado que "si se ejecutan con éxito los planes, la deuda pública se podría estabilizar en dos o tres ejercicios".
El último reto de España es finalizar el proceso de reestructuración bancaria, ya en estado muy avanzado porque de 55 entidades se ha pasado a 19 grupos financieros con "ajustes importantes".
Esta reestructuración se traduce, según Fainé, en transparencia, saneamiento y recapitalización de la parte débil para restablecer un sector eficiente y sostenible a largo plazo", y ha apuntado que el saneamiento vía provisiones con los dos reales decretos han supuesto un esfuerzo del sector del 20% del PIB.
Ha señalado que "no es sorprendente" que rentabilidad del sistema se haya deteriorado en los últimos ejercicios, y según datos de septiembre extrapolables a todo el año, la rentabilidad sobre activos ha sido negativa.