El alcalde de San Fernando, Manuel María de Bernardo, y el alcalde Puerto Real, José Antonio Barroso, han firmado el convenio ejecutivo entre los dos ayuntamientos para la financiación de los gastos de redacción del proyecto Rehabilitación del Real Carenero y Baterías defensivas, primera fase de la adecuación, rehabilitación y mejora del entorno del Sitio Histórico Puente Zuazo y Fortificaciones anejas (Caballero Zuazo, Santiago y Concepción).
Igualmente se ha firmado el acuerdo marco de colaboración entre los dos Ayuntamientos para la realización de la segunda fase de adecuación, rehabilitación y mejora del entorno del Sitio Histórico Puente Zuazo y Fortificaciones anejas, prevista en el Protocolo General suscrito con motivo de la celebración del Bicentenario de las Cortes Constituyentes de San Fernando de 1810 y la Constitución Española de 1812, entre el Ministerio de Fomento, el Ayuntamiento de San Fernando y el Ayuntamiento de Puerto Real.
Hablando claro, se trata de la puesta en escena de una colaboración que más que comenzar, sigue, por cuando cuanto a la vez que se da cumplimiento al convenio firmado entre los dos ayuntamientos en el 2003, se establecen las bases de una colaboración presente y futura que pasa por que los dos municipios se presenten como uno solo ante las administraciones encargadas de poner en valor un proyecto del que -señalaron los dos alcaldes- la parte de Puerto Real no es nada sin la de San Fernando y viceversa.
La segunda fase
Y lo que queda ahora es, precisa e independientemente de los detalles, comenzar la rehabilitación de lo que es el puente Zuazo en sí mismo y dotar de contenido las instalaciones del Real Carenero, pendiente del trámite de recepción por el Ayuntamiento de Puerto Real.
La intención de los dos ayuntamientos es que tanto el equipamiento de la parte ya rehabilitada del Real Carenero como la segunda fase -que como se recordará quedó para el final debido a las obras del tranvía que también se han retomado tras un parón que también sufre la primera fase- es que ambas actuaciones se ejecuten “sin solución de continuidad”, aunque ambos alcaldes mantienen el temor de que la situación económica actual pueda ralentizar el proyecto.
De todas formas, es tiempo de espera. Según comunicó el alcalde de Puerto Real, quien también dejó claro que ni la conmemoración del Diez y del Doce sería posible si las defensas que se distribuyen en los límites de los dos términos municipales no hubieran resistido e instó a las administraciones a darles la importancia que tienen, todo está pendiente de una visita de Fernando Puch, secretario general del organismo creado por el Ministerio de Fomento para la administración del 1% Cultural.
Puch “estará in situ dentro de unos días para conocer el estado de las obras y sobre todo para decirnos qué parte de ese 1% Cultural se va a poder disponer para continuar con la segunda fase que hoy ya tiene el documento técnico” que propicia la actuación
De todas formas, Barroso criticó que a “a estas alturas de 2011 no sólo no se haya terminado la primera fase sino que aún no se haya garantizado la continuación de la restauración de la totalidad del Sitio Histórico con la segunda. Espero de la sensibilidad de las administraciones central y autonómica que termine siendo una realidad”.
Para ello es necesario el apoyo de la Dirección General de Carreteras, habida cuenta de “la merma que ha sufrido en este país en 2011 la obra pública”. Sin ese apoyo “díficilmente podrá ejecutarse la obra en su conjunto”.
No hay uno sin dos
Las prisas del Ayuntamiento de Puerto Real -y del de San Fernando también, obviamente- tienen un factor añadido en que dentro de poco, una vez que se entregue la primera fase y se recepcione, el consistorio vecino se encontrará con un patrimonio que hay que mantener y llenar de contenido, algo que no será posible sin la colaboración de otras admnistraciones.
Todo ello, obviamente, independientemente del plan de usos que tienen que consensuar ambos ayuntamientos y que teniendo en cuenta que se trata, entre las dos fases, de gestionar una extensión de terreno y de instalaciones que ocupan casi 300.000 metros cuadrados, tendrá que incluir tanto actividades culturales públicas como usos privados, incluido el hotelero y hostelero, para mantenerlo. Y algo más importante, para que sea un atractivo turístico en el que las personas se puedan quedar.
Con todos estos condicionantes sobre la mesa, lo que está claro es que a estas alturas, con la crisis económicas y los problemas de financiación, a lo que se aspira, por ahora, es a que las obras comiencen cuanto antes, que el proyecto se licite y sin poner fechas de terminación, se pueda disponer de todo el Sitio Histórico para ser gestionado por ambos municipios a la par.
Porque eso también quedó claro. A poco que ocurra algo que cambie las circunstancias, lo que se quedará fuera de este proyecto serán los localismos que pudieran dar al traste con los verdaderos objetivos. O sea, conseguir los más de seis millones de euros para la segunda fase y lo que cueste amueblar la casa.