Roma Gallardo gana dinero a través de sus vídeos. Su público es principalmente machista, y en sus vídeos principalmente pretende poner contra las cuerdas, viniendo con la lección preparada de casa, a mujeres que encuentra en la calle para enfrentarlas a las supuestas contradicciones de la discriminación positiva hacia ellas y de la influencia real del patriarcado. Ahora, que parece que ya no quiere atacar la inclusión social de las personas trans, ha comenzado el trámite registral para que se le considere administrativamente una mujer, a pesar de no haberse presentado nunca como tal, y haberse identificado reiteradamente como hombre.

De hecho, ha amenazado con denunciar a cualquiera que le dé tratamiento de hombre, como si exhibiera un balón que le hubiesen traído los Reyes, como diciendo “Mirad el poder que le estamos dando a las personas trans”. Y luego va Iker Jiménez y anuncia que “Hablamos con EL youtuber Roma Gallardo” y Roma Gallardo lo retuitea sin complejos, porque está claro que seleccionará bien quién le ofenderá de verdad a partir de ahora. Por detallitos y detallatazos como este se va a encontrar en breve con el concepto ampliamente conocido, pero no lo bastante explorado por su parte, del fraude de ley. Esto es, que alguien intente retorcer una ley en contra de su espíritu, para su propio beneficio, o en contra de otra ley. Igual que el matrimonio implica una verdad sobre la intención, el cambio registral de sexo también lo implica, y alguien que tiene decenas y decenas de vídeos identificándose como hombre va a ver difícil demostrar que realmente no se sentía así; que no comete un fraude. Dice que a partir de ya tiene todos los beneficios de ser una mujer y los va a usar. Y yo le digo: HAZLO.

Preséntate a las oposiciones de policía para hacer las pruebas físicas de mujer, pero acuérdate de que son cientos de horas de estudio sin poder subir vídeos de mierda. Pon una denuncia falsa por violencia de género, HAZLO, ¿no era la hostia de fácil y resolutivo, y estaba a la orden del día, y los hombres, como tú decías ser, se encontraban indefensos? Hazlo. ¿Qué otros superpoderes crees haber ganado? ¿Presentarte a un trabajo en el que pidan solo mujeres, para cuidar de una persona mayor o limpiar una casa? Hazlo. Seguro que hay miles de empleadores deseando ahorrarse algo de impuestos haciéndote indefinida a ti precisamente. Tampoco tengo muy claro de qué. ¿Quieres aprovechar las listas cremallera que hay en partidos como Podemos? HAZLO, JODER. Afíliate y convence a la militancia de que eres útil y defiendes los mismos valores que los partidos que han defendido la ley que, según tú, te va a permitir el cambio de sexo registral sin problemas, para acceder a todas las ventajas de ser mujer, y sin posibilidad de que alguien rechace la solicitud. Brazos abiertos en las asambleas.

Cuando vayas a una discoteca, ya sabes, hay un servicio de caballeros y tú tienes que usar el otro. Hazlo, pero en los sitios a los que solías acudir, en los lugares donde te conocen, aquellos en los que has usado frecuentemente el servicio para hombres. ¿Tienes amigas de verdad, mujeres que te respetan y a las que respetas, que te conocen bien y te aceptan como eres? Pues entra con ellas en el servicio. HAZLO.

Cuelga vídeos con tus logros: tu entrada en la academia del CNP, tu contrato conseguido por cuota y no por méritos, tu candidatura como mujer al Congreso por un partido que apoye esta ley, tu juicio ganado. Hazlo. Si ya no te parecen injustas las supuestas ventajas de las mujeres sobre los hombres, disfruta de ellas, disfruta un poco, hazlo, porque, entre tú y yo, en tu anterior etapa vital parecías un amargado de mierda.