Las 23 detenciones de la segunda fase de la operación se han llevado a cabo ahora en un operativo conjunto con Interpol y Europol
La Policía Nacional ha desarticulado, con la detención de 23 personas, el entramado acusado de amañar partidos de fútbol que se investigaba en la Operación Conífera, en el que los miembros de la red compraban cuentas de juego "online" para hacer apuestas en partidos amañados gracias a las relaciones que tenían con integrantes de los equipos.
Los investigadores estiman que el montante total estafado en la Operación Conífera podría ser superior a los 500.000 euros, según ha informado este martes la Policía Nacional, que ha detallado que se investigan más de 30 partidos en competiciones deportivas y las pesquisas continúan abiertas.
Las 23 detenciones de la segunda fase de la operación se han llevado a cabo ahora en un operativo conjunto con Interpol y Europol.
La primera fase de la denominada Operación Conífera conllevó la detención de 21 personas en las provincias de Cádiz, Badajoz, Sevilla y Almería, por presunta pertenencia a organización criminal, corrupción entre particulares en el ámbito deportivo y estafa a los operadores de juego, ha informado este martes la Policía Nacional.
En los registros llevados a cabo en esa primera fase se encontró documentación que ha llevado a los investigadores a profundizar en el "modus operandi" de la organización, identificando tanto a futbolistas que habrían participado en la trama como a personas que se encargaban de abrir cuentas de juego "online" y cuentas bancarias por las que circulaba el dinero de la organización.
Este sistema de creaciones de cuentas y transferencias dificultaba la trazabilidad del capital y la vinculación de los investigados, ha subrayado la Policía.
Ahora, en la segunda fase de la Operación Conífera llevada a cabo en los últimos meses han sido arrestadas 23 personas en Badajoz, Cádiz, Ciudad Real, Córdoba, Tenerife y en la ciudad autónoma de Ceuta
La Policía detalla que la organización criminal operaba fundamentalmente en el ámbito de la RFEF, la Liga Nacional de Gibraltar y la Liga de Andorra, y por cada cuenta de juego conseguían ingresos de entre 4.000 y 24.000 euros.
El modus operandi de la organización constaba de cuatro fases diferenciadas, de modo que en la primera el deportista facilitaba información interna de los equipos de fútbol, lo que aportaba a los integrantes de la organización y apostantes una ventaja competitiva en cuanto al conocimiento de las alineaciones de última hora, descartes, sistema de juego, y otros aspectos no conocidos públicamente.
En la segunda fase se llevaba a cabo el concierto de amaños deportivos, creándose grupos de comunicación encriptados formados por los líderes de la organización y los deportistas para gestas los amaños y obtener grandes beneficios económicos.
Durante la tercera etapa se llevaban a cabo las apuestas deportivas tanto en red como presencial en casas de apuestas. Cuando las apuestas eran tramitadas de manera "online" utilizaban identidades diferentes para evitar la interrelación entre los miembros del entramado criminal, y cuando se hacían de manera presencia, se ejecutaban las apuestas por pequeños importes para evitar que el cobro del premio generase la emisión de certificados para Hacienda.
En cuarto lugar los líderes de la organización distribuían los beneficios generados durante las apuestas entre los deportistas implicados y el resto de la trama, según el relato de los investigadores.
La estructura de la organización estaba compuesta en un primer escalón por los líderes de la trama, dos personas que gestionaban las cuentas de juego "online" y las apuestas presencias.
Un segundo peldaño lo formaban los jugadores de fútbol que aprovechaban su condición para organizar los amaños deportivos en los equipos bajo su influencia.
Otra parte de la organización era la formada por conseguidores y por “mulas”: los primeros aportaban identidades para operar en las apuestas y los segundos se encargaban de acudir presencialmente a los locales de juego para realizar las apuestas fraudulentas y cobrar los premios obtenidos.
Sobre esta operación, LaLiga ha recordado este martes que, aunque ninguno de los partidos presuntamente amañados afecta al fútbol profesional, la Operación Conífera se inició en julio de 2021 a raíz de una denuncia de este organismo, que "utiliza la más avanzada tecnología y la inteligencia artificial para detectar este tipo de amaños en el fútbol".
En concreto, LaLiga presentó la denuncia ante el Centro Nacional Policial para la Integridad en el Deporte y las Apuestas (CENPIDA), respecto al partido CD Gerena y el Conil CF, disputado en el mes de mayo, durante la temporada 2020/2021. Luego ha seguido colaborando en la investigación y pidió personarse en la causa.