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La tribuna de El Puerto

Mucho miedo veo en él

Y ese es el ejemplo que la política de hoy regala a los jóvenes que a ella se acercan: los niños, oyen, ven y callan

Publicado: 26/11/2021 ·
10:36
· Actualizado: 26/11/2021 · 10:36
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Viva El Puerto

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Alejandro Merello

Y ese es el ejemplo que la política de hoy regala a los jóvenes que a ella se acercan: los niños, oyen, ven y callan.

¿Cuántas veces habremos escuchado aquello de que “la historia siempre se repite una y otra vez”? Muchas, ¿verdad? Pues estoy por oponerme, si, me opongo. Soy de la opinión de que la historia no es que se repita, al menos no exactamente, más bien es la humanidad que no cambia.


Y reconocemos comportamientos de antaño en conductas de hoy, todos ellos relacionados con las pasiones más bajas del ser humano. Y si la ambición la aderezamos con una pizca de envidia, el resultado es el miedo. Y si este es mal consejero, peor lo es el poder. Y si un mono es peligroso con dos pistolas, peor es el miedo con poder.

“Mucho miedo veo en él” decía uno de los personajes de la saga de “La Guerra de las Galaxias”. Y mucho miedo veo yo en algún que otro dirigente político. Herodes le entregó a Herodías la cabeza de Juan El Bautista, porque tenía poder para hacerlo, pero empujado por el miedo de su mujer a perderlo. Y es que los “pepitos grillos” de la política se juegan la cabeza, a pesar de que sus Herodes, como el de antaño, vean verdad en sus conciencias.

Y si la ambición y la envidia armadas con el miedo son de temer, la valía y la verdad son como la miel para las moscas. Así que si en el panorama político coinciden dirigentes temerosos de perder el poder con dirigidos con capacidad, el ataque es inminente. Vale, me dejo de ir de rama en rama. Vayamos al grano, fuera la paja.

Podría soltarles el rollo del buen líder, que lejos de erradicar a los mejores, los atrae para que formen parte de su equipo. No me dirán que no es del género tonto considerar que los logros del equipo, incluso los personales, no benefician al líder. Pues hay quien opina lo contrario y van dejando cadáveres a su paso. Ven una amenaza en la crítica y un enemigo en los que son mejores que ellos, esperando que su Herodías particular le pida la cabeza del supuesto “reo”. Y lo peor de todo es que la corte del poder, como la corte de Herodes, es incapaz de mostrar oposición alguna, tapándose la nariz mientras mira para otro lado, por miedo a ser expulsado del cortejo real.

Podría exponerles ejemplos mucho más locales, pero los que me conocen saben que algo de pereza me da. Así que miraré un poco más allá del tiro de piedra, a Madrid, donde una Ayuso arrasa y es aclamada allá a donde va. Ella es la que tira del carro, hasta hace bien poco, apoyada por un Martínez-Almeida que escalaba posiciones en el panorama político. Pero, ah, amigo, la Herodías particular del Partido Popular vio la ocasión de enfrentar a los mejores del momento y echarlos a competir por un poder que ya ostentaban cada uno en su círculo de actuación.

Y el Herodes del PP, a sabiendas de quien eran los mejores del momento, no supo decir que no a su Herodías y los echó a pelear, en vez de aprovechar el carro y dejarse llevar. Y ese es el ejemplo que la política de hoy regala a los jóvenes que a ella se acercan: los niños oyen, ven y callan, porque si hablan y lo que dicen no gusta al mediocre, ya saben: que vayan buscando una bandeja de su talla.

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