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Los
facultativos protagonizaron este miércoles una jornada de huelga este 20 de noviembre y tiene convocada otra más para el próximo día 27. Estos paros han sido convocados para reivindicar claridad y compromisos por parte del Servicio Andaluz de Salud (SAS). Según el SMA, más del 70 % de la plantilla se sumó al paro, provocando la suspensión de la mitad de los quirófanos programados y del 75 % de las consultas externas previstas. Aunque algunas consultas esenciales, como las de embarazo de alto riesgo, se mantuvieron para evitar perjuicios a los pacientes, otras áreas vieron reducida significativamente su actividad. Servicios como Cardiología, Neumología, Digestivo, Otorrinolaringología y Radiodiagnóstico paralizaron sus pruebas diagnósticas, mientras que en Nefrología se continuó con la diálisis para evitar daños mayores a los pacientes. Según informa el SMA por medio de una nota de prensa, el hospital respetó en todo momento los
servicios mínimos, que incluían al personal de Urgencias externas y los facultativos de guardia.
PREOCUPACIÓN POR EL FUTURO DEL HOSPITAL
La movilización se produce en un contexto de incertidumbre tras la integración del hospital en el SAS. Según los facultativos, el modelo actual permite reducir derivaciones y garantizar una atención de proximidad y calidad,
pero este sistema está en riesgo si no se define una hoja de ruta clara. Así, los profesionales exigen al SAS el cumplimiento de dos puntos claros. El primero, la definición de una hoja de ruta, un plan estructural y funcional que asegure la sostenibilidad del hospital y segundo, la adecuación de recursos mediante infraestructuras y plantilla acordes con las necesidades de la población atendida.
La comunidad médica insiste en que este hospital ha demostrado una capacidad propia de centros de mayor nivel, minimizando molestias para los pacientes al evitar desplazamientos innecesarios. "Nos reafirmamos en nuestro compromiso de seguir trabajando para garantizar la mejor atención sanitaria posible, siempre desde un modelo que priorice las necesidades de sus pacientes", subrayan desde el hospital.
Entre las modificaciones denunciadas, destacan la absorción de
Neumología, Dermatología y Cardiología dentro de macroservicios como Medicina Interna y Cirugía General. Además, especialidades como Oftalmología y Otorrinolaringología han sido desmanteladas, lo que
limita la complejidad de las patologías que pueden tratarse en el hospital, según explican los representantes sindicales. Esta reorganización no solo obliga a los pacientes a trasladarse a otros hospitales, sino que también aumenta las listas de espera y
fomenta la dependencia de la sanidad privada.
El personal sanitario advierte de una
reducción de plantilla que podría derivar en una fuga de profesionales debido a la sobrecarga laboral y la falta de motivación. Asimismo, esta situación compromete la capacidad del hospital para ofrecer prácticas y formación a residentes,
limitando el desarrollo profesional en la provincia de Almería. Los sindicatos han criticado la
"falta de transparencia" del SAS, denunciando que los cambios se han llevado a cabo sin consultar a los profesionales afectados.
RESPUESTA DE LA CONSEJERA
En un intento de minimizar esta crisis, Rocío Hernández, afirmó este jueves que el
hospital conservará su cartera de servicios tras su integración en el SAS, descartando cualquier intención de "desmantelamiento". En su visita a las nuevas instalaciones en la Bola Azul, Hernández dijo que se reuniría con el equipo directivo "al completo" del hospital para abordar las preocupaciones de los profesionales, quienes ahora pasarán de ser laborales a estatutarios, beneficiándose de los acuerdos marco del SAS.
"Quiero transmitir es un mensaje de tranquilidad a la población", subrayando además las recientes inversiones en infraestructuras y equipamiento en el centro, que también continúa siendo un hospital docente.
La consejera resaltó que los procedimientos llevados a cabo en el hospital ya cuentan con reconocimiento por su complejidad, lo que justifica su clasificación como "nivel 3" en la escala de 1 a 5 para este tipo de centros. Esta decisión contrasta con las demandas de organizaciones profesionales y sindicatos, que reclaman un "nivel 2", propio de un hospital de especialidades.