Reflexiona en primera persona sobre la experiencia vital que hay detrás de un proceso migratorio
Estrés, agobio, confusión, riesgo, quedarte sin tiempo e incluso no llegar. Muchas de estas sensaciones quedan recogidas desde este martes en un espacio único de la Universidad de Almería que, mediante un particular juego de escapismo ('escape room'), reflexiona en primera persona sobre la experiencia vital que hay detrás de un proceso migratorio.
Esta nueva instalación universitaria pretende acercarse a la historia real de Ousman Umar, un ghanés que logró llegar a España con apenas 17 años, tras un largo viaje de miles de kilómetros y lleno de dificultades durante un lustro, en el que vio morir a casi todos sus acompañantes en el desierto y en el mar.
Huyendo de cualquier tipo de banalización que pueda asociarse a un juego como algo lúdico, el proyecto 'Escape-Room: Migraciones', ubicado en un sótano de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de Almería, quiere remover conciencias y sensibilizar sobre el drama asociado al proceso migratorio.
El investigador principal del proyecto, Miguel Pérez Valls, ha explicado en su presentación que se busca concienciar a la sociedad, especialmente a la comunidad universitaria y educativa, sobre en qué consiste un viaje migratorio en todas sus dimensiones.
"Tendemos a pensar que el viaje comienza cuando un inmigrante se sube en una patera, pero en realidad detrás hay muchísimo más", ha asegurado el también delegado del rector para la Estrategia, Comunicación y Coordinación.
Al igual que cualquier 'escape room', planteado en este caso a través de un total de cuatro salas conectadas, repartidas en unos noventa metros cuadrados, grupos reducidos de entre cinco y diez personas pueden vivir las sensaciones y experiencias que atraviesan muchos migrantes.
Esas cuatro salas recrean a su vez cuatro escenarios por los que tuvo que pasar y superar Ousman Umar, tras ese larguísimo viaje desde que salió de su África natal hasta llegar al 'paraíso' que representaba para él Europa.
En este viaje se pasa por una consulta médica para acreditar que no se tiene fiebre amarilla, un taller que representa un primer empleo y dinero, el durísimo paso por el desierto e incluso el periplo marítimo en una embarcación.
Para avanzar en este particular juego, que se complementa además con una serie de reflexiones y audiovisuales al finalizar todo el recorrido, los participantes deben superar distintas pruebas, etapas y pistas, desarrollar sus habilidades de trabajo en equipo, mientras toman conciencia de qué supone todo ese dramático proceso.
Además, la idea es que el proyecto no solamente se desarrolle en la universidad, donde va a recibir la visita de institutos, sino que se dispondrá de un 'escape room' móvil para llevarlo a distintos centros educativos, junto a seminarios, talleres y actividades como la grabación de un pódcast.
La idea ahora materializada surgió en el marco de un proyecto de investigación y transferencia financiado por la Agencia Andaluza de Cooperación Internacional para el Desarrollo, que continuará más allá de la financiación obtenida.
Más adelante, prevé contar incluso con la presencia del propio Ousman Umar, protagonista de ese viaje de cinco años desde su Ghana natal hasta Barcelona, y quien dio su aprobación a esta iniciativa bajo la premisa básica de no caer en la banalización.