El tiempo en: Ronda
Publicidad Ai

Motor

Sabia transformación hacia un mini C4 Cactus

El aire desenfadado y juvenil también se ha aplicado al interior del nuevo C3

Publicidad AiPublicidad Ai Publicidad Ai
Publicidad Ai Publicidad AiPublicidad Ai
Publicidad Ai
  • Citroën C3. -

Citroën ha renovado su modelo C3 con acierto y lo que más llama la atención es el cambio exterior, en el que deja atrás las líneas de monovolumen pequeño que caracterizaban a la generación anterior, para convertirlo más en un todocamino que un monovolumen, que  le asemeja al Citröen C4 Cactus.
De todos es conocido que el extinto plan de ayudas a la compra de vehículos eficientes PIVE y la crisis ha hecho que los coches de entre cuatro metros sean los más buscados y comprados actualmente.
También pocos dudan de que éste y el siguiente segmento, el de los compactos C, es de los más competidos. La mayoría de los fabricantes ha lanzado nuevas versiones de sus modelos o bien los han actualizado para que sigan liderando las ventas y no retrocedan en la clasificación de los más vendidos.
Un tercer dato que es importante tener en cuenta es que la moda por los SUV (todocamino) no para de crecer, ni lo hará en el futuro inmediato, por lo que cualquier guiño estético a estos coches se traduce en una mejor aceptación por parte del público.
Citroën, como cualquier fabricante que se precie, no es ajeno a todo lo referido y ha renovado su modelo C3 con acierto.
La versión probada por Efe es con la motorización gasolina PureTech de 110 CV y la caja manual de cinco velocidades, así como con el acabado más alto de gama, el Shine.
Este propulsor es un tres cilindros que destaca por tener una rumorosidad contenida y más cercana a cualquier cuatro cilindros. No transmite vibraciones ni a los pedales ni a la palanca de cambios, como sucede en otros modelos de la competencia.
El funcionamiento de la caja es muy agradable y los cambios se pueden hacer rápidos por el escalonamiento que se le ha dado, lo que facilita sacarle el máximo rendimiento al propulsor.
Con el PureTech de gasolina de Citroën, el C3 analizado (que tiene un peso en la báscula de algo más de una tonelada) se mueve con agilidad tanto en ciudad como en autopista.
Su comportamiento es muy parecido al de un turbo diésel, ya que sale con prestancia desde parado gracias a un par máximo de 205 Nm que entrega desde las 1.500 rpm.
A pesar de lo dicho hay que aclarar que no es un GTI, por lo que tampoco hay que esperar respuestas que dejen al pasaje con la espalda pegada a los asientos.
No obstante, en la zona media el motor responde bien y permite ciertas alegrías en la parte alta del cuenta revoluciones, ya que se puede estirar por encima de las 4.500 rpm.
Los algo menos de cuatro metros de largo que mide le hacen un candidato ideal para transitar por ciudad, donde será fácil encontrarle un aparcamiento.
En las vías rápidas también se encuentra a gusto y los 110 CV le facilitan alcanzar con celeridad cruceros de 120 km/h. En las aceleraciones fuertes es donde se nota más su carácter tres cilindros, ya que la rumorosidad aumenta, pero una vez que se deja de pisar el pedal todo vuelve a la normalidad.
En zonas reviradas sale a relucir un comportamiento noble que transmite confianza al conductor a la hora de enlazar las curvas. Para una conducción dinámica una dirección algo más rápida le haría ganar más puntos.
El consumo que le ha homologado la marca es de 4,2 l/100 kilómetros, un registro que en la prueba realizada ha sido de 6,3 l/km, lo que es habitual en la mayoría de las marcas hasta que entre en vigor la normativa que fija las pruebas en conducción real en vez de en laboratorio, como se hace ahora.
La excepción la está protagonizando su marca "hermana", Peugeot, también del grupo galo PSA, la cual ya facilita en los modelos nuevos consumos "reales", caso del 3008.
El motor de 110 CV lleva el sistema de parada y arranque automático del motor en retenciones, un dispositivo que no monta el PureTech de 68 CV y que contribuye a reducir el gasto de combustible.
El Stop & Start también lo equipan las dos mecánicas diésel (BlueHDi) de 75 y 100 CV.
Una vez visto el comportamiento dinámico del nuevo C3 es hora de centrarse en la renovación estética, tanto interior como exterior, que presenta el modelo.
Lo que más llama la atención es el cambio exterior que ha recibido. El C3 ha dejado atrás las líneas de monovolumen pequeño que caracterizaban a la generación anterior. Ahora es más un todocamino que un monovolumen.
Verdaderamente le sienta bien el cambio, que le asemeja al Citröen C4 Cactus. Como éste puede llevar en los laterales los airbump (especie de bolsas de aire que protegen la carrocería en caso de impactos pequeños).
En el morro predomina la horizontalidad en la parte alta, donde van los chevrones de la marca, y con una entrada de aire rectangular da un aspecto rudo, en línea con un SUV.
Incorpora también un parabrisas muy inclinado hacia atrás y una línea de techo descendente que le dan un aire a coupé.
Para darle un toque más desenfadado Citroën ofrece una pintura bitono (en la que el techo va acabado en otro color diferente al de la carrocería).
El color del techo (hay tres distintos) se repite en las carcasas de los retrovisores, en las molduras de los antiniebla delanteros y en el inicio de los Airbump.
En la parte trasera las molduras de plástico de los laterales suben hacia arriba, simulando un protector de bajos típico de un todoterreno.
Este aire desenfadado y juvenil también se ha aplicado al interior del nuevo C3. Se comercializan cuatro paquetes de acabado para que el dueño pueda elegir el más parecido a "su estado de ánimo", según Citroën.
La horizontalidad en las líneas es notable y con ello se consigue un salpicadero limpio de botones y donde todo es accesible desde el puesto del conductor.
Los amplios butacones delanteros -en línea con los del C4 Cactus- y las molduras de plásticos de color transmiten alegría y confort al interior.
La amplia pantalla (de siete pulgadas) situada en el centro del salpicadero aporta el toque tecnológico a este coche, que puede equiparse con una cámara para grabar y subir a las redes sociales los momentos que elijan los ocupantes.
Es la llamada "Citroën ConnectedCam", que tiene una memoria interna de 16 GB y un sistema de geolocalización. Si se pulsa el botón situado en la base del retrovisor central, el conductor puede hacer fotos. Si lo pulsa durante más tiempo, la cámara conmuta a grabación y puede hacer vídeos de hasta 20 segundos.
En caso de accidente, la cámara memoriza automáticamente los 30 segundos previos al siniestro y los 60 segundos posteriores, asegura Citröen.
Atrás, como sucede en casi todos los coches, viajarán más cómodos dos adultos que tres y eso que el respaldo del medio no lleva reposabrazos y está mullido.
La forma de la banqueta, rebajada en la plaza central, también da pistas de lo dicho.El maletero de 300 litros es más aprovechable en altura que en profundidad.
En definitiva, Citroën ha renovado para bien al que define como su "best-seller" en ventas, el C3, del que ha vendido desde 2002 más de 3,5 millones de unidades.
Ahora la imagen que ofrece es más desenfadada y juvenil y, por tanto, no tan anodina, como se estilaba hace años en el segmento, en el que los utilitarios no destacaban por el diseño.
El precio, de algo más de 17.000 euros, lo sitúa en la banda media del segmento. Su diseño, y los descuentos que se puedan obtener en la red de concesionarios, junto a una financiación flexible, harán que la balanza se decante a su favor hasta que lleguen en 2017 las nuevas generaciones de superventas como el SEAT Ibiza.

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN