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De cañas, redes y otras artes de pesca

El problema de Andalucía no somos los andaluces y, mucho menos, la siesta ni las cañas de pescar. En Andalucía, querido Albert, el problema son las redes. Las redes tejidas durante los últimos 30 años

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Este fin de semana se ha generado una fuerte polémica por unas declaraciones de Albert Rivera, el líder nacional de Ciudadanos,  al decir que iba a "enseñar a pescar" a los andaluces, que es algo así como si un vecino de Barbate o Ayamonte se va al Ampurdán a decir que les va a enseñar a hacer un ‘castell’ con atunes rojos.

Ironías aparte, y a pesar del desliz, creo que no sería justo hacer demagogia (y menos desde dirigentes catalanes del PSOE) por las palabras de Rivera. Está claro que ha querido venir con un mensaje positivo, pero los prejuicios (los famosos tópicos) y el desconocimiento de nuestra tierra, le han jugado una mala pasada. Querría decir Rivera que Andalucía no debe ser la Andalucía subvencionada, esa Andalucía que le interesa vender al PSOE y que ha llegado a creerse toda España, y debe pasar a ser productora e impulsora.

Entiendo que esa sería su intención, lo que pasa es que, igual que él conoce su tierra, nosotros conocemos la nuestra, y habría que decirle aquello tan taurino de "Manolete, si no sabes toreá, pá que te metes". Si nos hubiese preguntado antes, le hubiésemos advertido que en nuestra tierra, más que cañas de pescar, lo que hace falta es eliminar y romper las redes (hablando de artes de pesca...). Aquí tenemos pescadores tan buenos como en cualquier otro sitio de España (entiéndase el término pescador en sentido figurado), pero que durante más de 30 años de gobierno del PSOE no se les ha dejado pescar (igualmente en sentido figurado),  y se han aburrido o se han tenido que marchar para no caer en la redes (esas malditas redes que limitan la libertad de las personas).

Rivera no es el problema ni el culpable de sus propias palabras. En este caso, y con el debido respeto del término, ha sido el "tonto útil" para que los del PSOE hayan sacado a relucir su falso andalucismo y su modelo de entender una España en la que les interesa dar la apariencia de que Andalucía es la región oprimida. Andalucía y los andaluces somos un pueblo de gente trabajadora, inteligente, ingeniosa, emprendedora y, a la vez, alegre  y amable. Andalucía y los andaluces han llenado las páginas de la historia de este país con gestas importantes. Váyase usted a Madrid a Barcelona o a New York y se sorprenderá de la cantidad de andaluces y andaluzas que ocupan puestos de responsabilidad y de primera línea.

El problema de Andalucía no somos los andaluces y, mucho menos, la siesta ni las cañas de pescar. En Andalucía, querido Albert, el problema son las redes. Las redes tejidas durante los últimos 30 años y que asfixian la libertad del pueblo andaluz.  

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